La culpa no es solo de los coches: los cruceros contaminaron igual que 1.000 millones de vehículos en la UE en 2022
T&E ha realizado un análisis comparativo de los índices de contaminación de los cruceros con los vehículos. Mientras que las medidas más restrictivas se dirigen a los coches, los cruceros tienen una mayor libertad a la hora de contaminar.
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Publicado: 19/06/2023 14:30
Llevamos años y años hablando de las nuevas normas anticontaminación que afectan al transporte por carretera, y que han tenido como punto convergente en el año 2035, momento a partir del cual no se podrán vender vehículos de combustión interna en Europa.
Una medida polémica y que ha generado muchísimos debates. Uno de ellos se centra en el por qué solo se imponen medidas tan restrictivas a los vehículos y no a otros medios de transporte que contaminan mucho más. Los aviones o los barcos son claros ejemplos.
Sobre estos últimos, más centrados en los cruceros turísticos, Transport & Environment (T&E) ha realizado un informe en el que pone cifras a la contaminación de estos mastodontes del mar. Y sobre todo, compara estas cifras con la de los vehículos, que están siendo el centro de la diana de las legislaciones europeas.
Lo que contaminan los cruceros y que no sabes
Pasada la época pandémica y las restricciones en los viajes, el sector de los cruceros volvió a recuperarse en 2022 en Europa: hubo casi un 25 por ciento más de cruceros, de tiempo presente en los puertos, de combustible consumido… y también una contaminación atmosférica tóxica superior en comparación con el 2019, último año prepandémico.
Concretamente, hubo un 9 por ciento más de emisiones de SOx (óxidos de azufre), un 18 por ciento más de emisiones de NOx (óxidos de nitrógeno) y un 25 por ciento más de partículas PM2.5.
Según estos datos de T&E, de forma global, los 218 cruceros que han visitado los puertos de la Unión Europea el año pasado emitieron tanto azufre tóxico como 1.000 millones de coches. Y todo esto teniendo en cuenta, por ejemplo, que en el 2020 la Organización Marítima Internacional estableció un nuevo límite máximo de azufre en el combustible de los barcos.
Para que te hagas una idea, y siguiendo con el tema de los óxidos de azufre, los límites de SOx exigidos en Europa para los vehículos son 100 veces más estrictos que para los barcos.
«El turismo de cruceros ha vuelto y destinos como Barcelona y Atenas vuelven a asfixiarse con la contaminación tóxica del aire provocada por los cruceros. Los puertos pueden reducir significativamente los niveles de contaminación obligando a los buques a conectarse a la red eléctrica del puerto en lugar de quemar combustibles fósiles en sus motores auxiliares, así como apoyando el uso de combustibles renovables de cero emisiones”, dice Constance Dijkstra, responsable de la campaña de transporte marítimo de T&E.
Dos ejemplos: Barcelona y Venecia
Aunque los puertos costeros de Italia dejan al país como el que más contaminado por los cruceros, tenemos el claro ejemplo de Venecia de cómo se puede luchar contra esta contaminación atmosférica.
La ciudad italiana de los canales prohibió la entrada de grandes cruceros en su puerto en 2021, lo que le ha permitido recudir sus índices de contaminación en un 80 por ciento.
En el otro lado de la moneda están dos ciudades españolas: Barcelona, líder en el ranking de puertos con más emisiones contaminantes, y Palma de Mallorca, en la tercera posición, por detrás también del puerto de Civitavecchia en Roma.
Según T&E, los cruceros que visitaron la Ciudad Condal el año pasado emitieron tres veces más SOx que todos los vehículos de Barcelona.
Si nos centramos en los operadores de cruceros, MSC ha sido la que más ha contaminado, tanto como todos los vehículos de pasajeros de Europa. En este caso, la compañía viene invirtiendo recientemente en nuevos cueros alimentados por gas natural fósil en solución licuada (GNL).
Sin embargo, según T&E, y aunque esta solución no es tan mala en términos de contaminación atmosférica, sí que es perjudicial para el cambio climático, ya que este gas natural se compone fundamentalmente de metano y este componente potencia los gases de efectivo invernadero, hasta un 80 por ciento más que el CO2.
«Cambiar el petróleo por el gas es como cambiar el tabaco por el alcohol. Puede que ayude al sector de los cruceros a reducir la contaminación atmosférica, pero es terrible desde el punto de vista climático», afirme Constance Dijkstra.
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