Si se quieren cumplir los objetivos climáticos, la UE tiene que «dejar de construir nuevas carreteras», entre otras cosas

La Comisión Europea lanzó recientemente una petición a todo el conjunto de la economía europea para marcar un objetivo de reducción de las emisiones de CO2 del 90 por ciento para el año 2040 en comparación con el 1990.

T&E ha recogido el guante y ha propuesto una hoja de ruta a seguir, marcando una serie de medidas que pueda ser más «eficaces para sanear el parque automovilístico». De hecho, su análisis es todavía más ambicioso, aportando una serie de caminos a seguir para reducir las emisiones del parque de la UE en un 86 por ciento respecto a los datos del 2015.

«Mantener la eliminación progresiva de los motores de combustión es la política de coches más importante para cumplir el objetivo climático de la UE para 2040. Pero ninguna medida será suficiente por sí sola», asegura Carlos Rico, experto en políticas de transporte y medioambiente en T&E España.

La hoja de ruta a seguir en Europa

Desde la organización se apunta a una serie de medidas que la Unión Europea debería seguir para cumplir con su objetivo climático propuesto para el 2040. Algunos de ellos son ya conocidos por todos, pero hay algún otro realmente llamativo.

Las líneas de actuación propuestas por T&E apuntan en dos direcciones principales: reemplazar los vehículos contaminantes y evitar el crecimiento del tráfico por carretera.

Si se quieren reducir las emisiones del parque automovilístico europeo, entonces se deberían llevar a cabo las siguientes medidas:

• Mantener intactas las normas de reducción de emisiones de CO2 acordadas en 2023, que ayudarán a reducir las emisiones en un 57 por ciento de aquí al 2040.
• Desguazar los «viejos motores de combustión», fomentar el uso del transporte público y, cómo no, la venta de vehículos cien por cien eléctricos. Esto debería contribuir en una reducción del 7 por ciento.
• «Evitar el crecimiento de la actividad automovilística». En este sentido, T&E propone parar la construcción de nuevas carreteras, a la vez que se realizan cambios en favor del uso del transporte público y se incrementan los impuestos a los carburantes. La contribución en este sentido sería del 14 por ciento a la reducción de emisiones.
• Apuesta decidida por electrificar, y de forma más rápida, las flotas de vehículos de empresa, dado el mayor kilometraje de este tipo de vehículos y la alta tasa de rotación de dichas flotas. Esto ayudaría en reducir un 5 por ciento las emisiones de CO2 de aquí al 2040.
• Dar prioridad al «retrofit» y los esquemas de conversión de los vehículos con motor de combustión a vehículos eléctricos, ahorrándonos así un 4 por ciento de las emisiones hasta la fecha objetivo. Para T&E, esta medida es la más apropiada y efectiva para eliminar gradualmente los motores de combustión restantes de cara al 2050.

En este sentido, desde la organización se lleva tiempo mostrando una postura contraria a los combustibles alternativos como los e-fuels, considerando que estos no son adecuados para reducir las emisiones de CO2: «es la opción más cara, tienen el ciclo de vida de emisiones más alto y emiten contaminación atmosférica cuando se queman», aseguran.

«Para reducir las emisiones del parque automovilístico es necesario evitar el aumento del tráfico por carretera, desguazar los coches viejos de gasolina y diésel, electrificar los vehículos de empresa y favorecer un cambio modal hacia el transporte público y la movilidad activa», remata Carlos Rico.

Fuente: T&E