Dakar 2016, día de descanso: Y Loeb lo volvió a hacer...
Sébastien Loeb llega como líder del Dakar en la categoría de coches a la jornada de descanso, a pesar de sufrir algunos problemas mécanicos. El piloto francés junto a Daniel Elena nos está recordando porque es nueve veces campeón del WRC.
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Publicado: 10/01/2016 12:00
La lógica dicta una cosa, la razón se acerca bastante y Sébastien Loeb tiene derecho a llevar la contraria, casi por decreto. Loeb ha completado una primera semana memorable en su primer Dakar y eso que los ingredientes sobre el papel no eran favorables. El galo aterrizaba en este raid con un bagaje de kilómetros limitado. Dos test y su participación en el Rally de Marruecos con un Peugeot 2008 DKR 2015 evolucionado no invitaban al optimismo. La falta de experiencia de Loeb y de su copiloto Daniel Elena en relación a Peterhansel y Sainz tampoco dejaba entrever un éxito inmediato de Loeb.
Sin embargo, Sébastien Loeb se rige por sus propias reglas. El décimo puesto cosechado en el prólogo no era más que eso, un adelanto de lo que estaba por delante. Tras la cancelación de la primera etapa, Loeb conseguía su primera victoria entre Villa Carlos Paz y Termas de Rio Hondo. El francés era uno de los pocos que conseguía superar el lodazal del kilómetro 180 sin dejarse tiempo y conseguía su primer triunfo. Un nuevo triunfo en la tercera etapa demostró que Loeb iba en serio y que el Peugeot 2008 DRK16 es el 'coco' de este Dakar.
Habiendo igualado el arranque de Carlos Sainz en el primer Dakar del español con dos triunfos y liderando el rally, el francés no se quedó así. En una de las etapas más duras de la primera semana, con final en Uyuni y con el temido 'mal de altura' acechando, Sébastien Loeb firmaba su tercera victoria. Un triunfo que ha sido clave para llegar líder a la jornada de descanso, ya que un pinchazo, un problema en el turbo y un pequeño error de navegación le han hecho perder minutos en las etapas ganadas por Peterhansel y Sainz.
Aunque la segunda semana puede ser decisiva por navegación y fiabilidad, Sébastien Loeb ya ha dejado su impronta. Un sello que podría ser resplandeciente si gana el Dakar, pero que ya brilla pase lo que pase con el francés. Y es que Loeb tiene un don innato que pocos pilotos poseen. Sébastien Loeb es capaz de ir rápido de inmediato en cualquier vehículo. No hay más que mirar su trayectoria deportiva para darse cuenta de la prodigiosa adaptación que es capaz de realizar Loeb en cualquier vehículo de competición que se suba. Los ejemplos que ha dejado por el camino así lo certifican.
Sébastien Loeb ganó el JWRC en 2001 con pleno de victorias a los mandos de un Saxo Kit Car y de un Saxo S1600. En sus dos primeros rallies con el Citroën Xsara WRC fue segundo y no tardó más de ocho pruebas en conseguir su primera victoria absoluta en el WRC tras debutar con este modelo. Fue en el Rally de Alemania de 2002. También ganó en su primer rally con el Citroën C4 WRC y en su segundo rally con el Citroën DS3 WRC. Una historia de debut gloriosos que le llevó a sumar nueve títulos en el Mundial de Rallies.
Pero esta capacidad innata de Loeb no se queda ahí. Sébastien Loeb fue segundo en las 24 Horas de Le Mans de 2006 conduciendo un LMP1 de Pescarolo junto a Eric Hélary y Franck Montagny, sumó varias victorias en su primera temporada con el McLaren MP4-12 GT3 en el FIA GT y consiguió una victoria en su única participación en el Global Rallycross. Fue en Los Ángeles a los mandos de un Citroën DS3. Y en este punto es imposible olvidarse de su récord en Pikes Peak con el Peugeot 208 T16. Una y no más.
El penúltimo ejemplo de esta gran capacidad de adaptación ha sido en el WTCC. Sébastien Loeb ha disputado dos temporadas en el Mundial de Turismos, consiguiendo seis victorias en dos temporadas a los mandos del Citroën C-Elysée TC1. Seis triunfos que han sido regados por un total de 20 podios y por el axioma que acompaña a Loeb categoría tras categoría. No podía ser de otra manera. Ganó en su segunda carrera con el C-Elysée en Marruecos. En el Dakar ya suma tres victorias de etapa y está en disposición de luchar por el 'Touareg'. Definitivamente, está hecho de otra pasta.