¿Debemos temer una invasión de coches eléctricos desde China?
Varios fabricantes chinos están próximos a hacer otro desembarco en Europa Occidental, y esta vez la homologación de las emisiones de sus motores no van a ser un problema, ya que serán fundamentalmente eléctricos. Esta vez la amenaza va más en serio.
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Publicado: 08/12/2018 22:00
Hace más o menos 10 años, varios fabricantes chinos empezaron a mostrar en los grandes salones sus propuestas para conquistar el mercado europeo: Chery, Great Wall, Geely... Empezaban mal: graves problemas de calidad en las primeras unidades, solo motores de gasolina, red comercial inexistente, y unas imágenes de pruebas NCAP que hicieron mella.
Por entonces los fabricantes chinos no tenían el mismo conocimiento en ingeniería, marketing... ni los recursos económicos para ser una amenaza seria para los grandes fabricantes europeos. De entonces hasta ahora, las normativas Euro 5 y 6 han actuado de cortafuegos, evitando que los fabricantes chinos hagan homologaciones específicas para Europa por lo difícil y caro que es.
Pero con los coches eléctricos, las normativas Euro son como la línea Maginot, se pueden penetrar por los flancos. Con los coches eléctricos no hay ninguna homologación de emisiones, porque no tienen, lo cual simplifica mucho la ingeniería. No hay que currarse unos "relojes de cuco" distintos a los que se hacen en China. La investigación en baterías mejores no para de avanzar.
Ahora mismo China lleva claramente el liderazgo en inversión para el desarrollo de coches eléctricos. En primer lugar, el Gobierno de China está apostando fuerte por dicha tecnología para evitar que sus ciudadanos mueran asfixiados por una contaminación galopante. En segundo lugar, 1 de cada 2 eléctricos del mundo se vende allí. En tercer lugar, China puso la primera cuota obligatoria de ventas y empieza en 2019.
Por otro lado, los fabricantes chinos han tenido mucho tiempo para aprender de las joint-venture con sus socios occidentales, coreanos o japoneses, los cuales han tenido que pasar por el aro para fabricar sus coches en China. No solo han aprendido, también han amasado dinero para pagar a buenos ingenieros y directivos que obran milagros con sus compañías, por no hablar de tiburones como Li Shufu (Geely), que directamente compran fabricantes europeos (Volvo, London Taxi, Lotus...).
Mientras los fabricantes occidentales están todavía a ver si dan con la tecla de los coches eléctricos de venta masiva -fundamentalmente la alianza Renault Nissan Mitsubishi está lográndolo- los chinos están preparando varios modelos susceptibles de ser comercializados en Europa. Además, las nuevas tendencias de compra hacen cada vez menos necesaria una red comercial tradicional, como bien sabe LYNK & CO.
Veamos algunos ejemplos de lo que nos espera:
- Bordrin xxx: el primer coche de este fabricante será un SUV compacto. Pesará mucho (1,9 toneladas) pero ofrecerá una autonomía más que interesante, 550 km, a un precio sobre los 28.000 euros sin impuestos
- MG eZS EV: la versión eléctrica del crossover se ofrecerá a principios de la próxima década, está en fase de desarrollo para nuestro mercado. Al menos esta marca es fácilmente reconocible, aunque ya de británica tiene poco.
- Ora R1: un utilitario de la cuarta marca de Great Wall (por orden, no por calidades), con una autonomía de 350 km -casi tan buena como la del Renault ZOE- que se pondrá a la venta en China en unos días.
- Thunder Power xxx: todavía no se sabe cómo se va a llamar, pero el Gobierno de Valonia (Bélgica) está financiando una fábrica para producir coches a partir de 2020.
Pero no debe pundir el cánico, es muy complicado que los fabricantes chinos consigan a medio plazo meter en el mercado europeo un volumen significativo de coches eléctricos como para poner en jaque a las potencias bajo el paraguas de la ACEA. A largo plazo va a ser otro cantar, ya con marcas conocidas y un mínimo historial en el mercado.
Si algo se ha podido aprender de los casos de los fabricantes japoneses y coreanos, es que hay hueco para cualquier fabricante que haga un buen producto, tenga cierta reputación y se gane la confianza del público. Es un proceso muy lento, pero difícilmente irreversible. Los chinos ya han invadido el mercado en sectores como el tecnológico, y no con productos precisamente malos, cada vez son mejores.
El disparatado crecimiento del mercado chino ha puesto en manos de su industria cantidades de dinero astronómicas con las que es posible acelerar el proceso. Grandes de Europa, como Volkswagen o PSA, tienen claro que la electromovilidad es el futuro, y si juegan bien sus cartas, lograrán evitar una invasión, pero algo de cuota de mercado puede que acaben perdiendo.