¿Debería ser obligatorio para híbridos enchufables el modo eléctrico en zonas de bajas emisiones?
Algún día habrá que abrir este melón. En las zonas de bajas emisiones, donde los coches híbridos enchufables siempre pueden entrar, acabará haciéndose obligatorio el circular en modo 100% eléctrico. Sin embargo, esta limitación es más fácil de implementar con tecnología.
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Publicado: 27/12/2021 22:00
Algún día, hasta los coches híbridos estarán mal vistos en algunas ciudades europeas por emitir gases de escape en zonas de bajas emisiones, aunque contaminen menos de lo normal. A fin de cuentas, siguen teniendo motores térmicos, aunque idealmente no deberían usarse en zonas pobladas para mejorar la calidad del aire.
Los coches híbridos enchufables se han diseñado idealmente para realizar la mayoría del kilometraje habitual sin contaminar, empleando únicamente la energía acumulada en sus baterías. Para ello cuentan con más capacidad que un híbrido convencional, que a lo sumo hacen un par de kilómetros con el motor gasolina o diésel apagado.
Sin embargo, cuando el nivel de las baterías desciende, pasan a funcionar como híbridos normales, hasta que se recupera energía suficiente como para volver a hacer kilómetros sin emisiones, o hasta la siguiente carga. El conductor puede elegir voluntariamente el modo híbrido, ya que el eléctrico es el modo por defecto.
Esto nos lleva a una polémica que irá aumentando en el futuro. En las llamadas zonas de bajas emisiones se restringe el tráfico de paso para evitar una contaminación innecesaria. Los híbridos se verán afectados en el futuro, más los no enchufables, pero los enchufables terminarán teniendo obligaciones de circular en modo eléctrico.
Para empezar, no es tan sencillo determinar si un coche híbrido enchufable está funcionando en modo eléctrico puro, o en modo híbrido. Los gases de escape solo son visibles cuando el motor está frío, aunque pueden captarse con cámaras infrarrojas o equipos portátiles de medición de gases (PEMS).
Otra posibilidad sería que el vehículo indicase mediante alguna señal visible desde fuera que está activado el modo eléctrico puro (o no). Los híbridos enchufables de Peugeot ya lo hacen, se ilumina una luz azul bajo el retrovisor interior cuando ruedan en modo sin emisiones. Esto se ha hecho pensando en el futuro. Pero esto no está estandarizado.
Otra posibilidad es obligar a los conductores a usar el modo eléctrico si se les ha olvidado hacerlo. BMW lo ha puesto en práctica en 138 ciudades europeas con una técnica de geolocalización y geovallado. Los navegadores GPS pueden determinar que se circula en una zona de bajas emisiones y cambiar de modo al entrar, automáticamente.
Entre esas ciudades están Madrid y Barcelona, que tienen sus respectivas zonas de bajas emisiones, pero no es requisito normativo el circular con los motores térmicos apagados. Según el fabricante, este cambio automático se hace 30.000 veces al día en Europa, y eso para 118 ciudades -se añadieron 20 más cuando se comunicó el otro dato-.
BMW lo llama «eDrive Zones», y por lo visto, funciona. El 40% de los conductores ya entra en estas zonas con el modo eléctrico puro activado, el 35% lo hace al activarse la parada automática, y el 25% restante circula en modo híbrido. Obviamente, si no hay suficiente carga en las baterías, de nada sirve dicha activación.
Podría obligarse a los fabricantes a implantar ambos tipos de medidas. Por un lado, que se pudiese determinar de un primer vistazo si está activo el modo eléctrico puro o no, tan pronto como sea obligatorio circular. Esto facilitaría la acción de los agentes de vigilancia, que podrían emitir sanciones o apercibimientos.
Por otro lado, el mismo sistema de BMW se puede estandarizar, y que todos los fabricantes implementen algo similar. Esta medida se puede reforzar con señales que adviertan a los conductores que deben tener carga suficiente para circular en modo eléctrico en determinadas zonas, o recordatorios en carretera para activar el modo de recarga forzada.
Otra posibilidad es que al introducir un destino en el GPS, una gestión automática active la recarga forzada para asegurar que se llega a una zona de bajas emisiones con más autonomía eléctrica. Esto, obviamente, implica un consumo más elevado de combustible si no se para a hacer una recarga eléctrica.
De momento el problema real de los coches híbridos enchufables en la contaminación urbana es pequeño, ya que son pocas unidades, pero su número crecerá. El peor momento posible es cuando el motor térmico está frío y arranca, ya que el catalizador tarda un par de minutos en tener temperatura de trabajo adecuada, por lo que puntualmente contaminan como cualquier coche con el motor frío.
Este tipo de coche tiene el máximo beneficio ambiental y de consumo de combustible cuantos más kilómetros se recorran en modo de cero emisiones, ya que empleando electricidad las pérdidas son menores, aunque la electricidad se haya generado quemando carbón.
En cambio, si el cable de enchufe sigue sin estrenar pasados miles de kilómetros, la compra ha sido incorrecta, y según la política fiscal del lugar, hasta un fraude para los contribuyentes. No es un caso que tenga sentido en España, por lo que, dado su sobreprecio, es una tontería total no enchufarlos, pudiendo hacerlo.