En defensa del PHEV, el coche más criticado y, sin embargo, ideal para el conductor español
A pesar de las críticas que reciben, los vehículos híbridos enchufables (PHEV) ofrecen una solución equilibrada en países como España, donde las circunstancias no son tan favorables para el coche eléctrico. De hecho, son una opción clave en la transición a la movilidad eléctrica.
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Publicado: 16/10/2024 20:00
En los últimos años, los vehículos híbridos enchufables (PHEV) han sido objeto de numerosas críticas, sobre todo desde los sectores más comprometidos con la electrificación total.
Estas voces cuestionan la validez de esta tecnología, argumentando que no son tan «limpios» como los coches eléctricos puros y que, en muchos casos, su eficiencia prometida no se traduce en el uso real que hacen los conductores.
Sin embargo, más allá de los titulares que promueven esta narrativa, personalmente estoy convencido de que los PHEV representan una solución tecnológica equilibrada. Especialmente en países como España, donde diferentes cuestiones hacen que el ritmo de electrificación vaya a diferentes velocidades.
En el caso de España, su capacidad de adaptación a distintas situaciones lo convierte en una opción práctica, eficiente y equilibrada
¿Qué es un PHEV y por qué genera polémica?
Los híbridos enchufables combinan un motor de combustión interna con un motor eléctrico y una batería recargable, ofreciendo en cierto modo lo mejor de ambos mundos.
A diferencia de los híbridos convencionales, los PHEV pueden recorrer decenas de kilómetros —más de 100 en algunos casos— en modo completamente eléctrico antes de que el motor de combustión entre en acción. Esto reduce las emisiones en trayectos cortos y, al mismo tiempo, ofrece la tranquilidad de poder contar con un motor de combustión para viajes más largos.
El problema surge cuando se señala que muchos conductores no recargan sus PHEV con la frecuencia necesaria, lo que resulta en un uso excesivo del motor de combustión.
Esto afecta a las cifras oficiales de consumo y emisiones que suelen presentarse en los test de homologación, muy alejadas de la realidad en estos casos.
Sin embargo, esta crítica olvida que la clave del PHEV está en su versatilidad: cuando se usa correctamente, es uno de los sistemas de propulsión más eficientes y adaptables que existen en el mercado.
Y, de hecho, un conductor de vehículo PHEV comprometido con la electrificación podrá completar la gran mayoría de sus kilómetros en el día a día sin gastar una sola gota de combustible fósil.
Ventajas en el contexto español
No cabe duda de que el coche eléctrico es ya una realidad tangible y práctica en muchas regiones del mundo. Sin ir más lejos, viajar por una buena cantidad de países europeos es sencillo con un vehículo eléctrico.
En cambio, en España, donde la penetración de los coches eléctricos todavía está en una fase de crecimiento y la infraestructura de carga lejos de los grandes núcleos de población es limitada, los PHEV ofrecen una solución transitoria ideal.
Muchos usuarios no disponen de puntos de carga en casa, y aunque las redes de carga pública están en expansión, su desarrollo sigue siendo más lento que en otros países europeos. Además, en nuestro país las distancias a recorrer entre grandes ciudades suele ser elevada, por lo que es necesario contar con autonomías capaces de superar estos retos.
Un PHEV permite realizar los trayectos diarios habituales —como el desplazamiento al trabajo o las compras— en modo eléctrico, reduciendo las emisiones en las zonas urbanas.
Al mismo tiempo, evita la conocida como «range anxiety» o ansiedad por autonomía, que aún preocupa a muchos conductores o potenciales compradores de coches eléctricos puros. Un viaje de larga distancia por carretera no dependerá de la presencia o no de cargadores rápidos en el trayecto.
En este sentido, el PHEV se adapta a las necesidades reales de la mayoría de los conductores españoles, que combinan trayectos cortos urbanos con viajes esporádicos de mayor recorrido.
Transición lógica hacia la electrificación total
Si bien es cierto que el futuro a largo plazo apunta hacia una movilidad completamente eléctrica, en mi opinión los PHEV cumplen una función crucial en esta fase de transición.
Para muchos usuarios, saltar directamente a un vehículo eléctrico no es viable por razones económicas, prácticas o simplemente por falta de infraestructura. Los híbridos enchufables permiten familiarizarse con la conducción eléctrica, lo que facilita una adaptación gradual.
Además, en términos de costes, los PHEV pueden representar un paso intermedio más accesible frente a los enteramente eléctricos, que aún mantienen precios elevados, especialmente en segmentos de gran volumen como los SUV.
Críticas y cómo contrarrestarlas
Muchos detractores de los PHEV argumentan que los fabricantes aprovechan esta tecnología para mejorar artificialmente las cifras de consumo y emisiones de sus flotas.
En algunos casos, esta crítica está justificada, sobre todo cuando se habla de modelos de alta gama que se promocionan más por su rendimiento que por su eficiencia.
No obstante, esta realidad no debe extrapolarse a toda la oferta de PHEV, especialmente a los modelos más accesibles y de uso familiar, que sí pueden proporcionar ahorros significativos en emisiones y combustible cuando se utilizan correctamente.
Otro punto de crítica se centra en los incentivos y subvenciones que reciben estos vehículos, comparados con los eléctricos puros.
Sin embargo, en un país como España, donde la recarga puede no ser una opción sencilla para todos los conductores, no se puede esperar que la única opción sea un eléctrico puro. Los PHEV permiten reducir las emisiones de manera inmediata sin esperar a que la infraestructura esté completamente desarrollada.
Mi conclusión es que el PHEV ha sido injustamente atacado por sectores que quizá olvidan que la realidad de la movilidad no es la misma en todos los países.
En el caso de España, su capacidad de adaptación a distintas situaciones lo convierte en una opción práctica, eficiente y equilibrada.
Mientras avanzamos hacia un futuro más electrificado, el híbrido enchufable representa una solución intermedia que permite a los conductores reducir su huella de carbono sin sacrificar la practicidad que aún necesitan.
No sólo eso, también es una puerta de entrada al coche 100 % eléctrico, algo que sin duda necesita para conquistar al conductor medio español en un futuro.