Los nuevos DeLorean DMC-12 retrasados por culpa de la EPA y la NHTSA
Los nuevos ejemplares del DeLorean DMC-12 deberán esperar al menos un año más para llegar a las calles. Esto se debe a que ni la EPA ni la NHTSA han publicado las reglas y normas concernientes a la nueva Ley para fabricantes de bajo volumen.
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Publicado: 24/12/2017 14:00
El Congreso de los Estados Unidos dió una alegría a muchos aficionados en 2015 con el Acta de Fabricantes de Automóviles de Bajo Volumen. Esta nueva ley autorizaba la fabricación de aquellos modelos que no podían cumplir con las normas vigentes de homologación siempre que fueran fabricados en pequeñas cantidades.
Esto permitió a pequeñas compañías como DeLorean crear proyectos de producción de nuevos ejemplares, que en este caso, debía comenzar su fabricación hace ya un año. Sin embargo, DeLorean y sus clientes tendrán que esperar todavía más. El motivo de este retraso es que ni la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) ni la Environmental Protection Agency (EPA) han terminado las reglas y condiciones que deben cumplir estos fabricantes y sus productos.
Por lo que todos los proyectos que nacieron al amparo de esta nueva ley se encuentran desde hace meses en un limbo legal, en teoría pueden fabricar sus vehículos, pero desconocen por completo cuáles serán las normas que deberán cumplir esos modelos.
El modelo que más repercusión tuvo tras conocerse la ley fue el DeLorean DMC-12, que la nueva compañía, hasta ahora propietaria de los derechos de la marca y que se encargaba simplemente de suministrar piezas de recambio, inmediatamente anunció que pasaría a producirlo en pequeñas cantidades. Incluso llegó a presentar el nuevo modelo 2017, anunciando su inicio de producción para finales de 2016.
Desde entonces ya ha pasado un año entero y las entidades responsables de redactar esta normativa, la NHTSA y la EPA, en teoría lo iban a hacer en solo 12 meses, sin embargo, ya van camino de triplicar ese plazo. Según algunas fuentes, solo la EPA ha redactado un borrador preliminar de estas reglas (la NHTSA ni eso) y no son capaces de dar fecha para redactar los definitivos, además, deben coordinarse entre ambas agencias, lo que complica enormemente este trámite.
El problema para estos proyectos es que se encuentran ante una encrucijada. Al desconocer las normas que tendrán que seguir desconocen qué elementos técnicos serán admitidos o no. Por poner un ejemplo, la EPA podría determinar ciertas normas de emisiones que impedirían el empleo de ciertos motores. Lo que imposibilita que los fabricantes puedan comenzar a fabricar nada, pues realmente no saben que pueden o no producir o emplear. Se cree que solo se podrán emplear solo algunos modelos de motores cocnretos, o bien aquellos que ya estén homologados o que cuenten con excenciones por parte de los organismos reguladores, pero por el momento nada hay confirmado.