Derribando los muros al coche eléctrico en España
Los problemas crónicos del coche eléctrico están en vías de solucionarse: el precio, la autonomía y la infraestructura de recarga. Según se vayan derribando esa barrera, dejarán de ser considerados juguetes para gente con dinero, pasando a ser alternativas para todos.
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Publicado: 13/09/2018 22:00
El reciente anuncio de Iberdrola conseguirá que muchos se replanteen la viabilidad del coche eléctrico para un uso muy general, permitiendo romper las barreras de la recarga lenta y poder afrontar viajes largos por carretera, eso sí, con unas cuantas pausas. Se beneficiarán de la nueva red los modelos con recarga rápida o muy rápida.
Un viaje de 500 kilómetros se podría hacer con dos o tres paradas breves con coches normales, algo muy sano respecto a la seguridad vial
Los primeros coches eléctricos que salieron al mercado, como los Renault Fluence ZE o Th!nk City, no contaban con un estándar de recarga rápida, por lo que están condenados a cargarse de forma lenta en un enchufe normal. La mayoría de los eléctricos que están funcionando actualmente sí disponen de algún estándar de recarga rápida, que suele recuperar el 80 % de la carga en 15-30 minutos en baterías de poca capacidad.
Los viajes largos van a poder afrontarse con un poco de planificación y de paciencia, ya que la velocidad media no será elevada. Habrá que hacer varias paradas, salvo que sean modelos con baterías tirando a grandes, más de 30 kWh. Los pocos que disponen de extensores de autonomía, como Chevrolet Volt y BMW i3 REX, podrán permitirse algo más de alegrías. Los vehículos más nuevos y caros apenas tendrán que parar con las recargas de alta potencia y baterías de gran capacidad.
Los puntos de recarga están pensados para apuros o recargas no programadas. Algunos estudios han demostrado que el 95 % de las recargas de los usuarios de coches eléctricos se producen en casa o en el trabajo, apenas usan los cargadores públicos, aunque sean gratuitos. Ojo, en el futuro los puntos de carga no tendrán por qué ser gratuitos por defecto.
A pesar de eso, Endesa anunció hace unos días un plan de 4.000 puntos de recarga en centros comerciales y aparcamientos para quitar negocio a Repsol y Endesa. La comodidad es doble: recargar mientras se hace la compra o se hace una gestión, no teniendo que ir luego a otro lugar para "repostar". Ya hay gasolineras en algunos centros comerciales, pero la casuística es diferente.
La recarga rápida utilizada de forma habitual reduce la vida útil de las baterías: no las rompe, pero va perdiéndose capacidad de carga
Al margen de las grandes energéticas, hay empresas como IBIL que empiezan a tener puntos de recarga que son de pago, y el coste de la recarga rápida se asemeja mucho al de repostar gasolina (por ejemplo, 5 euros por 45 minutos) pero sigue por debajo. Todo esto amplía la libertad de elección de los conductores, y aumentar los puntos de recarga también ayuda a evitar posibles colas y aglomeraciones en los mismos lugares.
Es bueno que las empresas privadas se metan en el negocio de las recargas, eso significa que o hay negocio, o lo habrá. Incluso se puede ver algún cargador en gasolineras que siempre han vendido derivados del petróleo. Los costes de un cargador rápido son elevados aunque no se usen, pero empiezan a salir las cuentas.
Debería haber uniformidad en los sistemas de pago/suscripción para facilitar la vida a los clientes
Una vez que hemos eliminado los problemas de autonomía en los viajes de media y larga distancia, sigue estando el problema de los cargadores de proximidad para eliminar la ansiedad por la autonomía cuando un usuario de coche eléctrico se sale de un comportamiento habitual o programado, y las administraciones públicas tendrán que seguirse implicando.
Los fabricantes ya habían dado pasos adelante con anterioridad, preparándose para abaratar los procesos de producción, pero también ampliando las capacidades de las baterías de los modelos actuales. La mayoría de los modelos han recibido mejoras en autonomía en su vida comercial, así como mejor gestión para sacar el máximo rendimiento a cada kWh.
Como vimos recientemente, los eléctricos han sido fundamentalmente atractivos en países con rentas per cápita elevadas, muchas facilidades a su uso y/o un sistema fiscla opresivo para los coches convencionales. Más personas se sumarán a la electromovilidad, aunque la inversión inicial sea elevada, si va a tener libertad de movimientos y va a compensar todo con un mantenimiento barato y muy poco dinero en recargas.
Lo más económico será siempre una recarga lenta, lo más ecológico, y lo más conveniente para el día a día
El mercado nos demuestra que habiendo tanta gente dispuesta a comprarse coches Premium o SUV (25.000 euros o más), el precio en los coches eléctricos no es un problema tan grande para la clase media. El último cliente al que acabar conquistando será el que realmente ve los eléctricos como muy caros todavía. El mercado de ocasión se ocupará de llenar ese vacío con las unidades que ya tengan más kilómetros, la depreciación es muy alta en algunos modelos.
Además, la creciente oferta de modelos permitirá más margen al consumidor para elegir lo que le gusta, otro factor que acelerará las ventas. Poco a poco, las barreras se están derrumbando, incluso el muro de Berlín acabó cayendo. Que no nos siga sorprendiendo si las ventas de eléctricos siguen subiendo, su peso relativo dejará de ser discreto a medio plazo, sobre todo cuando se alcance la paridad en precios con gasolina/diésel.
Así han mejorado las autonomías desde 2010 hasta 2016
Modelo | Baterías (lanzamiento) | Autonomía | Baterías (mejoradas) | Autonomía |
---|---|---|---|---|
BMW i3 | 22 kWh | 190 km | 33 kWh | 300 km |
Nissan Leaf | 24 kWh | 170 km | 30 kWh | 250 km |
Opel Ampera-e | 60 kWh | 500 km | - | - |
Renault ZOE | 22 kWh | 210 km | 41 kWh | 400 km |