Desde 2024, los Mercedes-Benz EQA y EQB tendrán versiones más económicas y de menor autonomía
Actualmente la gama de acceso elécrica a Mercedes-Benz consta de los EQA y EQB, basados a su vez en GLA y GLB. La generación actual es de transición, ambos no tienen plataformas optimizadas. Las versiones básicas tendrán autonomías menores, pero bajarán precios.
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Publicado: 28/10/2021 22:00
Actualmente Mercedes-Benz tiene varios modelos eléctricos (EQ) de transición, basados en plataformas mixtas que admiten motores gasolina, diésel, híbridos enchufables y eléctricos. Esta flexibilidad implica que no se aprovecha al máximo el espacio, entre otras cosas.
En 2024 llegará la próxima generación de EQA, que comenzó a comercializarse este año como un derivado de GLA, y en 2025 llegará el reemplazo de EQB, basado en GLB. La producción en serie de EQB comenzó la semana pasada. Ciertamente, no son coches muy económicos.
Del EQB todavía no hay precios para España, pero el EQA 250 tiene un precio de 51.225 euros con motor simple de 190 CV y 424 km de autonomía WLTP. Por encima está el EQA 300 4MATIC, con 228 CV y 430 km de autonomía WLTP; piden por él 55.750 euros. Corona la gama el EQA 350 4MATIC, con 292 CV y la misma autonomía; este último sale por 57.975 euros.
Ola Kallenius, el CEO de Daimler AG, matriz de Mercedes-Benz, anunció en una entrevista que las versiones básicas de EQA y EQB de la próxima generación usarán baterías de litio ferrofosfato (LFP), que son más económicas a cambio de tener una menor densidad energética. En otras palabras, tienen menor autonomía.
Las baterías de mayor densidad, que contienen materiales como níquel y cobalto, son más caras y se irán destinando solo a los modelos más costosos o más potentes. Kallenius cree que los compradores que no necesiten tanta autonomía quedarán satisfechos con una rebaja de precio a cambio.
Estamos en un contexto de escasez de ciertas materias primas y no está garantizado el suministro de todo y para ya mismo. Mercedes-Benz prefiere adelantarse y apostar por baterías LFP para modelos básicos a medida que los precios se incrementan. Pretenden evitar que el kilovatio hora acabe subiendo y sea inevitable subir precios.
Por otro lado, las baterías LFP tienen sentido en versiones básicas porque no entregan tanta potencia, así que casan bien con los modelos de un motor, o que teniendo doble motor su demanda energética es soportable. Pero Mercedes-Benz tiene por delante un trabajo de pedagogía con ciertos clientes.
Entre 2014 y 2017 Mercedes-Benz comercializó el B 250 e, que era una versión eléctrica de la Clase B. Su autonomía homologada era de 200 km, aunque en condiciones realistas no era fácil llegar tan lejos. Las baterías tenían una capacidad modesta, 28 kWh, aunque en el modo «Range Plus» se podían apurar más, eso sí, haciendo poco uso de dicha función para no degradar las baterías.
Para el cliente correcto, este coche tenía sentido, porque para desplazamientos habituales de 100 kilómetros sirve perfectamente. Sin embargo, sin posibilidad de recarga rápida (precisa 3 horas a 400 voltios y 16 amperios) no sedujo a quienes no tienen una vida tan previsible o solo lo ven útil como segundo coche.
Los precios anunciados para el mercado español en febrero de 2015 tampoco convencían, 43.000 euros más extras. Los EQA/EQB de 2024-2025 a ver a qué precio salen, pero si se pueden acercar a esos 43.000 euros y ofrecer una autonomía de al menos 300 km, su panoplia de posibles clientes puede aumentar. El modelo EQV ha sido el último en recibir una versión recortada en precio y autonomía.
En 2025 Mercedes-Benz tendrá tres plataformas totalmente eléctricas, actualmente solo EQS y el futuro EQE cuentan con ella. El resto de eléctricos de la gama, EQA, EQB, EQC y EQV, son de plataformas mixtas. A nivel mundial habrá ocho fábricas suministrando baterías para la marca de la estrella, suyas o de socios industriales.
El fabricante trata de asegurarse suministros de baterías fiables para poder vender todos los coches eléctricos que demanden sus clientes, según la crisis de los microchips se vaya convirtiendo en parte del pasado. En caso contrario, las ambiciones de Mercedes-Benz por convertirse en un fabricante 100% eléctrico en 2030 sufrirán más de un revés.