Nuevos detalles acerca del próximo Nissan GT-R
Hiroshi Tamura, jefe de producto del Nissan GT-R (R35), ha hecho declaraciones acerca del futuro inmediato de "Godzilla". La generación actual aún tiene mucha guerra que dar, antes de dar paso a un reemplazo generacional. ¿En qué puede mejorar, si cabe?
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Publicado: 23/12/2015 14:00
A día de hoy, lo más extremo de la gama GT-R es el Nismo, con 600 CV de potencia. ¿Y qué hay del paso siguiente, el GT-R Nismo RS? Pues va a esperar. El incremento de potencia tendría que seguir siendo algo domesticable, a la altura de lo que un cliente de superdeportivos espera, no se trata únicamente de apretar más las tuercas al motor.
El señor Tamura prefiere enfocarse en la parte del coche que es Gran Turismo. Se refiere a calidad de rodadura, de acabados, de una sensación más Premium a la hora de circular con menos ruidos y molestias. En ese sentido, el GT-R actual tiene márgenes de mejora, sobre todo si se compara con rivales de alta alcurnia como Porsche 911.
Actualmente, en cuanto a altas prestaciones, el GT-R no va precisamente manco. Recordemos que el GT-R con el paquete N-Attack está rascando los 7 minutos por vuelta en Nürburgring Nordschleife, y pocos coches superan esa marca sin grandes sacrificios en términos de confort o usabilidad.
Los japoneses admiten excentricidades, pero con matices. No quieren sacar un GT-R con -pongamos- 800-900 CV y que sea un descontrol absoluto. El GT-R es un coche que no solamente es rápido, es domesticable. De ahí que ya no sea tan tan raro ver cómo se baja del mismo un afable anciano, que no solamente puede pagarlo, sino conducirlo en el día a día.
Por lo tanto, Godzilla va a refinarse un poco más en el futuro próximo, de cara a ofrecer un producto de más calidad. Cuando se cumpla ese objetivo, nos podemos plantear la siguiente generación, o incrementos absurdos de potencia.
Se da la circunstancia de que Tamura conduce un GT-R (R32) apretado hasta 600 CV, un auténtico sleeper, no entra en el estereotipo de ingeniero ultraconservador que reniega de la potencia.
Fuente: Top Gear