El dilema de los nuevos legisladores europeos, ¿apoyarán la exención de los e-fuels? Este grupo político lo tiene claro

Europa ya está preparada para afrontar una nueva legislatura en su Parlamento. Tras las últimas elecciones hace poco menos de un mes, tenemos por delante cinco años en los que se deberán seguir afrontando los retos respecto a la reducción de la huella de carbono en el transporte por carretera, entre otros.

En este sentido, hay dos 'patatas calientes', digámoslo así, para los nuevos legisladores. Una más a corto plazo, y es el de los aranceles contra la importación de coches eléctricos desde China, y que debería resolverse de aquí al mes de noviembre.

Y otro reto más profundo, que tiene además de trasfondo la prohibición de la venta de coches con motores de combustión para el año 2035. Nos referimos a la exención que, sobre todo desde Alemania, se quiere imponer a los motores térmicos si usan, eso sí, combustibles sintéticos.

El Partido Popular Europeo respalda la exención de los e-fuels

Respecto a este último tema, el grupo que ha logrado el mayor número de legisladores en las últimas elecciones europeas, el Partido Popular Europeo (PPE), parece tener entre sus prioridades para el próximo lustro político algunas medidas para revertir el plan propuesto para el 2035.

Desde la legislatura pasada, es bien sabido que este grupo no estuvo del todo a favor de prohibir los motores de combustión para esa fecha. De cara a la próxima, en la que contará con 188 de los 720 legisladores (la mayor proporción de todos los grupos europeos), pasarán a la acción.

O al menos, eso es lo que parece reflejar un documento borrador al que Reuters ha tenido acceso de la última reunión del PPE en Portugal. Estos, en la discusión de prioridades políticas para los cinco próximos años en el Parlamento Europeo, buscarían debilitar la eliminación gradual de los coches contaminantes.

«Revisar las reglas de reducción de CO2 para coches nuevos y furgonetas para permitir el uso de combustibles alternativos de cero emisiones más allá de 2035», indicaba el documento como uno de sus objetivos para esta legislatura, aunque no especificaban cómo.

Recordemos que una buena parte del Parlamento Europeo, en el que los mandatarios alemanes han insistido, propone que a partir del 2035 los motores de combustión se puedan seguir usando, siempre que estén alimentados por los combustibles sintéticos o e-fuels. Esto incluiría también la opción de equipar una tecnología anti arranque que detecte si el motor está siendo alimentado por diésel o gasolina.

De esta forma, los fabricantes podrán seguir desarrollando y vendiendo motores de combustión, aprovechándose también del trabajo realizado hasta ahora y de los millones de vehículos en circulación actualmente que montan este tipo de mecánicas. Stellantis, por ejemplo, ya dijo que realizando mínimas modificaciones podría hacer que 28 millones de sus motores fabricados desde el 2014 puedan utilizar e-fuels.

El documento del PPE no mostraba, no obstante, ninguna manera concreta de llevar a cabo esta exención que favorezca a los vehículos con motor térmico. Solo mostraba la intención de «revisar la prohibición de los motores de combustión y desarrollar tecnología de vanguardia» para estos motores.

E-fuels sí, pero no en el corto plazo

En este sentido, el grupo popular puede aprovechar la circunstancia debido a la necesidad de la anterior presidenta europea, Ursula von der Leyen, de recabar apoyos para seguir un segundo mandato más. Una presidenta que ya en la anterior legislatura mostró su apoyo a dejar la puerta abierta a los combustibles sintéticos.

«Existe una propuesta conjunta de la Comisión y el Consejo para dar un papel especial a los combustibles sintéticos. A menudo se olvida, pero en 2026 habrá una revisión para asegurarse de que existe una brecha tecnológica, que será muy importante para garantizar la posibilidad de elección de los consumidores y oportunidades para que las empresas decidan en qué invertir y cuál será para ellas la movilidad del futuro», dijo en su día la expresidenta de la UE.

Fuente: Reuters