Los diseños futuristas de los concept car eléctricos tardarán en llegar a producción
Los avanzados y futuristas diseños que los fabricantes están imprimiendo en los concept cars para la próxima década todavía tardarán en llegar. Representan a la nueva era de la electrificación pero supone un cambio tan radical frente a los de combustión o híbridos, que necesitarán, al menos, dos generaciones para que los veamos en la carretera.
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Publicado: 08/12/2018 08:00
Seguramente cuando tenías muchos menos años, al ojear revistas te imaginabas un futuro con una oferta de modelos que "volarían" sobre la carretera, avanzados diseños que anticipaban el futuro de una forma más parecida a una fantasía y que hoy no se han materializado como tal.
Y hoy con la electrificación por bandera, los fabricantes han vuelto a aquella línea que veíamos en las revistas de papel entre los años 80 y 90. Muchos se preguntan si diseños como el del BMW iNext lo veremos de verdad en 2021, cuando está previsto que salga al mercado. Los coches eléctricos ya han llegado pero si te has fijado, comprobarás que las marcas no se han atrevido a cambiar demasiado la imagen, salvo algunos modelos como el Renault Zoe.
En parte, obedece a limitaciones técnicas dado que muchos de ellos están basados en las plataformas de modelos de combustión, lo cual les obliga a conservar partes como las vigas frontales del vano motor -que conocemos como plataformas adaptadas- mientras que las dedicadas y concebidas especialmente para modelos eléctricos carecen de este elemento. Es decir, ya no dispondrán del hueco del vano motor, que es lo que les limita la creatividad.
El hecho de que se "imiten" el diseño de combustión también depende de un factor muy importante: la imagen de marca. Cuando vas por la carretera y miras el espejo retrovisor, casi se puede decir que de toda la parte delantera del coche que viene detrás, tu mirada se dirige directamente a la parrilla del radiador, el símbolo más destacado.
La pieza se ha convertido en el elemento diferenciador y el rasgo perfectamente identificable de las marcas. No hace falta ver los faros, solo con la parrilla ya sabes de qué marca se trata el coche que tienes detrás o viene de frente. Y eso es lo que les importa a los fabricantes, más allá de que sepas cuál modelo es en especial, por lo que cambiar a un diseño completamente diferente se hace complicado pudiendo tener consecuencias muy graves en la percepción de los clientes.
Lo que a muchos les ha costado conseguir durante mucho tiempo, dinero y esfuerzo, no pueden tirarlo por la borda a la primera, por lo que un cambio más radical en el diseño exterior no será la máxima entre todos los fabricantes en un horizonte temporal más o menos cercano. De hecho, algunas fuentes consultadas opinan que se necesitarán dos o tres generaciones hacer una transición hasta el momento en el que hayan establecido una nueva imagen de marca y entonces arriesgar con estilos completamente nuevos.