Dodge Charger 1969 Defector: artesanía con el sello Ringbrohers

Dodge Charger 1969 Defector by Ringbrothers.

Como en cada edición del SEMA Show, entre los mejores trabajos de talleres independientes encontramos algún modelo de los Ringbrothers. Esta pequeña compañía de Winsconsin ha ganado su merecida fama gracias a las altas dosis de diseño y calidad de realización que imprimen a todas sus obras.

Este Dodge Charger de 1969 es buena muestra de ello, pues bajo el nombre Defector, encontramos una de las realizaciones más elaboradas que vamos a poder encontrar en esta edición 2017 del SEMA, aunque irónicamente, también luce como una de las discretas, pues a simple vista parece un Charger más en buen estado.

Desde cualquier perspectiva, el exterior de este Charger ‘69 no denota cambio alguno, solo el ojo muy entrenado sería capaz de ver que las ópticas son ligeramente diferentes o que las llantas de estilo clásico con tapacubos central han sido realizadas para la ocasión. De resto, el Charger permanece inalterado, como si solo hubiera recibido una reciente mano de pintura. Y no es así.

A simple vista parece un Charger ‘69 más.

Este proyecto ha costado nada menos que 4.700 horas de trabajo. Eso serían muchos meses para un resultado que parece ser unos simples retoques estéticos a un viejo Charger y ahí es donde está la clave, ya que gran parte de lo que vemos es nuevo. Y lo que no se ve, también ha sido modificado.

Como muchos trabajos de este taller, independientemente de la imagen exterior, muchas veces orientada a los deseos o gustos del cliente, a nivel técnico encontramos un planteamiento muy diferente al del modelo original. Contando con la práctica totalidad de órganos mecánicos nuevos, tanto el motor como los esquemas de suspensión, frenos y dirección. Aunque en este caso, en Ringbrothers han decidido ir un paso más allá y han modificado el propio chasis.

Aunque no lo parezca, este Charger ‘69 es más corto y lo que es más llamativo, cuenta con una distancia entre ejes mayor. Algo inaudito en este tipo de trabajos, que por norma general no suelen alterar el chasis de un modelo, bajo ningún concepto. El taller no ha especificado las medidas exactas, pero a simple vista, el nuevo chasis no parece haber modificado de manera visible la silueta del modelo.

Interior clásico pero prácticamente todo es nuevo.

El motor empleado es un V8 HEMI de 6.4 litros que cuenta con numerosos elementos de primeras marcas, como un sistema de escape deportivo a la medida. En cuanto a los frenos monta un sistema firmado por Baer con pinzas de seis pistones en el eje delantero.

En cuanto al diseño, quedan claras las intenciones del taller de un solo vistazo, en el exterior encontramos una imagen muy próxima al modelo original, con solo unas pinceladas, como las enormes llantas de aspecto clásico, que por su diámetro entendemos que son nuevas, y ligeros retoques al paragolpes delantero, con unas nuevas ópticas auxiliares y un pequeño labio inferior a la medida, que continúa el diseño original. En el interior encontramos todo lo contrario, todos los elementos son nuevos pero en una composición muy sobria y elegante, que respeta el aspecto de la época. Llama la atención la inserción de madera central, una combinación al viejo estilo.

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