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Donald Trump ‘amenaza’ con convertir a Mercedes, BMW y Audi en marcas estadounidenses

Donald Trump ha prometido ofrecer incentivos fiscales a las marcas extranjeras que fabriquen en Estados Unidos, mientras amenaza con imponer aranceles del 100 % a los vehículos importados. Marcas como Mercedes, BMW y Audi están en la mira.

Donald Trump ‘amenaza’ con convertir a Mercedes, BMW y Audi en marcas estadounidenses
Donald Trump quiere convertir a la industria automotriz estadounidense en la mejor del mundo. - Freepik

6 min. lectura

Publicado: 30/09/2024 12:44

El exmandatario y actual candidato presidencial Donald Trump ha vuelto a encender el debate sobre el futuro de la industria automotriz en Estados Unidos, y esta vez apunta directamente a las marcas extranjeras.

Durante un discurso reciente en Savannah, Georgia, Trump prometió ofrecer incentivos fiscales y regulatorios a los fabricantes de automóviles extranjeros que decidan trasladar su producción a suelo estadounidense, mientras advierte con severas sanciones a quienes opten por seguir fabricando en otros países.

«Vamos a traer miles y miles de empresas y billones de dólares en riqueza de vuelta a los buenos y viejos Estados Unidos»

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Incentivos para fabricar en Estados Unidos

Trump ha hecho una oferta difícil de ignorar para las marcas automotrices extranjeras, especialmente alemanas como BMW, Mercedes y Audi, que tienen en el país norteamericano a uno de sus principales mercados.

Si vuelve a la Casa Blanca, el político republicano propone bajar la tasa impositiva corporativa del 21 % al 15 % para aquellas empresas que fabriquen sus productos en Estados Unidos. Además, promete reducir drásticamente los costes de la energía y las cargas regulatorias, ofreciendo lo que él denomina como «el mejor y más grande mercado del planeta».

En sus propias palabras, Trump declaró que quiere que «las compañías automotrices alemanas se conviertan en compañías automotrices estadounidenses. Quiero que construyan sus plantas aquí».

Esta declaración busca ahondar en la vasta presencia de marcas como BMW y Mercedes, que ya tienen plantas de producción en Estados Unidos, pero Trump quiere más.

El plan de Donald Trump pasa por convertir a Estados Unidos en el paraíso de la automoción.

Amenazas de aranceles y consecuencias del incumplimiento

Sin embargo, este planteamiento tiene un lado oscuro para quienes no sigan su propuesta. Trump no sólo está ofreciendo incentivos, sino que también ha amenazado con imponer aranceles del 100 % a los vehículos importados desde México.

Esto afectaría a empresas que han aprovechado la proximidad y los menores costes laborales de ese país para fabricar y exportar vehículos a Estados Unidos.

Para Trump, esta política agresiva se centra en recuperar empleos para los estadounidenses. Según él, bajo su mandato, van «a tomar los empleos de otros países. Vamos a tomar sus fábricas. Vamos a traer miles y miles de empresas y billones de dólares en riqueza de vuelta a los buenos y viejos Estados Unidos».

La situación actual de las marcas de coches alemanas

Varias empresas extranjeras de automóviles, especialmente las alemanas, ya tienen una presencia considerable en Estados Unidos. BMW, por ejemplo, produce casi toda su gama de SUV en su planta de Spartanburg, Carolina del Sur, que emplea a 11.000 personas.

Esta fábrica no sólo abastece al mercado estadounidense, sino que también exporta vehículos a otros países, logrando un volumen de exportación de 10.100 millones de dólares en 2023, lo que la convierte en el mayor exportador automotriz del país por valor.

Lo que Trump está pidiendo, por tanto, es que estos fabricantes aumenten aún más su producción en Estados Unidos. Sin embargo, los analistas advierten que esto podría traer problemas para las plantas de producción en sus países de origen, como Alemania, afectando la eficiencia global de estas empresas.

China también en la mira

Trump también ha mencionado que estaría dispuesto a ofrecer las mismas ventajas a fabricantes de automóviles chinos, siempre y cuando establezcan sus plantas en Estados Unidos y contraten mano de obra estadounidense.

Esta propuesta refleja su enfoque de nacionalismo económico, buscando repatriar empleos y crear oportunidades en suelo estadounidense, incluso si provienen de países que antes consideraba competidores estratégicos.

Las promesas de Trump sobre la industria automotriz revelan un plan ambicioso para transformar el sector en Estados Unidos.

Si bien ofrecer incentivos para la producción local puede atraer a las empresas automotrices extranjeras, las amenazas de fuertes aranceles a quienes no cumplan podrían desencadenar tensiones comerciales, especialmente con países como México.

En última instancia, este enfoque busca redibujar las líneas de la globalización automotriz, pero las consecuencias podrían ser profundas tanto para los fabricantes como para los consumidores.

Las marcas alemanas, ya sólidamente establecidas en el mercado estadounidense, ahora se enfrentan a la disyuntiva de ceder a la presión de Trump o mantenerse firmes en su estrategia global.

Fuente: Carscoops.com

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