El descuento de 20 céntimos por litro en gasolina y gasóleo se lo come el alza del petróleo
El combustible sigue subiendo de precio y el efecto de la rebaja del Gobierno de 20 céntimos por litro empieza a desinflarse. El Gobierno cree que los precios no se están bajando todo lo que deberían, pero el sector opina lo contrario.
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Publicado: 08/05/2022 22:45
Desde abril el Gobierno de España ha tomado medidas paliativas para reducir el coste de la crisis de Ucrania, entre ellas la bonificación de 20 céntimos por litro al repostar. Esta rebaja se divide en 15 céntimos menos de impuestos y 5 céntimos menos por parte de la estación de servicio.
En algunos casos, el descuento puede ser superior, hasta 45 céntimos cuando se cumplen una serie de condiciones y solo para clientes fieles. Algunas empresas energéticas como Repsol dicen estar vendiendo a veces a pérdida, pese a que los precios están por las nubes.
Según el boletín oficial de la Unión Europea con los datos del precio del petróleo del 24 de marzo, la gasolina estaba en España -sin impuestos- a 1,026 €/l y el gasóleo a 1,106 €/l. El boletín del pasado jueves, 5 de mayo, refleja un panorama similar 1,045 €/l de gasolina y 1,168 €/l de gasóleo. Añadiendo los impuestos, y sin bonificación aplicada, son 1,837 €/l de gasolina y 1,872 €/l de gasóleo.
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital, Nadia Calviño, comentó que el Gobierno cree que hay gasolineras que están «comiéndose» los 20 céntimos de descuento, y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ya lo está investigando.
El informe que va a presentar la CNMC servirá para decidir si el descuento de 20 céntimos se prorroga en el mes de julio, o si se le pone fin el 30 de junio. Bajo el punto de vista de la ministra Calviño, cree que hay maniobras para que los precios no bajen, y que eso perjudica al consumidor.
Como siempre, la realidad suele ser un poco más compleja. Hay dos formas de comprar combustible a nivel de país, una es importando petróleo crudo y refinándolo en una de las cinco grandes refinerías, y la otra es importarlo ya refinado. Tanto una como otra forma implica pagar más que hace unos meses.
Pese a que España no es muy dependiente del petróleo de Rusia, el impacto se nota igual en mercados internacionales. El precio de referencia del barril de crudo, el Brent, cotiza a 113 dólares, aunque lo peor se produjo a principios de marzo, cuando rozó los 130 dólares.
El coste del barril se ha multiplicado por más de dos en espacio de pocos meses, ya estaba subiendo antes de que empezase la invasión militar de Ucrania por parte de Rusia. La aventura de Putin ha elevado los precios, pero la tendencia ascente es básicamente la misma.
Dicho esto, no parece que la culpa sea de las estaciones de servicio, que suelen ser PYME, sino de la presión del mercado internacional. Lo mismo podemos decir de gasolina y gasóleo refinados, su precio por tonelada también se ha doblado últimamente, y eso ocurre con y sin descuento.
Mientras los clientes de las gasolineras se debaten entre la resignación y el enfado, algunos empresarios lo están pasando mal. El descuento al cliente lo han tenido que asumir por adelantado, ya que el Gobierno paga después, y a ese coste hay que añadir a veces costes financieros por tener que pedirlo a crédito.
Si el Gobierno no prorroga la ayuda, la demanda se puede volver a contraer y los camioneros pueden volver a paralizar el transporte. No obstante, la situación de base sigue siendo la misma, en España pagamos el combustible antes de impuestos de los más caros de la Unión Europea, aunque con impuestos haya cosas peores.
Mientras la situación coyuntural (guerra) y estructural (mercado internacional) no se estabilice, no queda otra que reducir el consumo de combustible por utilizar menos el vehículo, o por utilizarlo de forma más eficiente. O eso, o asumir el palo al bolsillo.