El día después del coronavirus... para el automóvil

El mundo ahora mismo va a distintas velocidades. China paró primero, y ahora vuelve a la normalidad mientras casi media población mundial está confinada y con niveles de consumo por los suelos. Lo que pasa ahora en China lo acabaremos viendo por aquí.

El día después del coronavirus... para el automóvil
Parque infantil cerrado durante la cuarentena - Gabriel Solorzano

8 min. lectura

Publicado: 31/03/2020 22:30

No sé si eres consciente de ello, querido lector, pero acabamos de vivir un marzo histórico, acontecimientos que pasarán a los libros de Historia. Será como la caída de la URSS, la guerra de los Balcanes, el 11 de septiembre de 2001 o la caída de Lehman Brothers. Acontecimientos que han puesto el mundo que conocíamos patas arriba.

La crisis provocada por el coronavirus ya ha cambiado mucho nuestro mundo, y aunque el patógeno sea completamente erradicado las secuelas que dejará son permanentes. Está por ver si de esta China sale como la primera potencia mundial, dependerá del roto que haga a Estados Unidos. Ahora mismo China es como nuestra bola de cristal, nos ayuda a predecir el futuro.

Después de dos meses de estricto confinamiento, China poco a poco empieza a volver a la normalidad. En dicha normalidad hay que incluir una recuperación de la demanda interna, pero aún está muy lejos de los niveles previos a la crisis. Los concesionarios han abierto casi todos y las fábricas están volviendo a producir coches.

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Hay que tener en cuenta que China no deja de ser una dictadura socialista (por mucho que se haya vuelto más capitalista) y la economía está planificada. Los poderes públicos no solo pueden estimular la demanda interna, es que tendrán que hacerlo. En el caso concreto del automóvil, casi todo lo que producen en China es para atender a su demanda local.

El año pasado se vendieron en China 21,4 millones de turismos, lo que supuso un descenso respecto a 2018 de casi el 10%. Por lo tanto, podemos asumir que en un mes normal, de media, se matriculan casi 2 millones de turismos en ese país. Pues en febrero fueron unas 250.000 unidades. Los datos de marzo aún no los tenemos, pero podrían subir bastante.

Stephan Woellenstein, responsable del Grupo Volkswagen, declaró a Automotive News que espera que en marzo el volumen suba a 1 millón de unidades, que sigue siendo "poco", pero ya es el cuádruple que el mes anterior. Para el año completo Volkswagen espera un descenso de ventas del 3% al 15% en China, dependiendo de lo que se recupere la demanda interna y si hay compras que simplemente se han aplazado.

Supongamos que estamos a mediados de verano y la situación ya se ha normalizado en España. La mayoría de la población ya ha superado el COVID-19 o se ha inmunizado sin síntomas, hay un goteo de casos nuevos pero la pandemia ha quedado atrás. El consumo se empieza a recuperar y la economía vuelve a rodar.

A nivel mundial, se espera una caída de las ventas en 2020 en torno al 10-15%

La confianza de los consumidores estará por los suelos, y solo se van a meter en la compra de un coche aquellos que a) lo necesiten y b) no hayan tenido una pérdida de poder adquisitivo por despido, ERTE o cese de actividad para los autónomos. La eficacia de las medidas económicas tomadas por el Gobierno en el estado de alarma no se puede prever ahora mismo.

Lo que está claro es que la demanda de coches estará por debajo de lo normal. Agosto es un mal mes en general para vender coches, vayámonos a septiembre. Si el país no ha entrado en quiebra y se puede apartar algo de dinero para políticas de estímulo, de alguna forma habrá que incentivar a los españoles a comprar coches, y no precisamente de motorizaciones alternativas, sino en general.

Coches esperando comprador en una campa

El Gobierno podría rescatar del armario medidas como el Plan 2000E o el PIVE, que suponían una rebaja en el precio (más psicológica que real) a cambio de mandar al desguace un coche viejo y que el modelo nuevo tuviese características de bajo consumo. Si solo se apoya la compra de híbridos, eléctricos y alternativos el efecto en la economía será menor.

Probablemente, desde septiembre el mercado ofrezca más chollos de lo normal

Las fábricas españolas producen aproximadamente la cuarta o quinta parte para nuestro mercado interno. Es de esperar que los países de la Unión Europea se vayan recuperando a un ritmo parecido al nuestro, una vez la curva epidémica se haya aplastado. Fundamentalmente dependerán de que la demanda de los países vecinos también se anime.

En los meses que siguieron al crac de 2008 varios países tomaron medidas para estimular la demanda de coches: Reino Unido, Francia, Alemania... ya hay precedentes, y las medidas funcionaron. La clave es si habrá dinero para eso. Si el sector automotriz no recupera al menos la situación previa a marzo, el daño en la economía será bestial. En el caso de España, hablamos de casi el 10% del PIB.

Imágenes como estas, que ahora parecen tan lejanas, se irán normalizando de nuevo

Están por ver los efectos post-COVID-19, por ejemplo en la industria turística. Es previsible que, al menos en una primera fase, el turismo se regenere más a nivel interior que exterior, pues puede haber restricciones para viajar, por no mencionar que algunas aerolíneas pueden haber quebrado. Las empresas de alquiler lo notarán especialmente.

Tengo la creencia de que si el Gobierno quiere reducir a la mínima expresión los daños en la economía habrá que apostar fuertemente por un aumento del consumo, pero para eso se tienen que mantener el máximo de empleos previos al cerrojazo social. Habrá que dar al aro unos varazos para que suba cuesta arriba.

En el caso de España, sabemos que el desplome de ventas en marzo va a ser apoteósico, pero es que durante al menos la primera quincena de abril las ventas serán simbólicas o cero. Si el sector del automóvil consigue que, a final de año, se hayan matriculado un millón de turismos, podrá darse con un canto en los dientes. Aviso al lector de que esta predicción es muy optimista. Tal vez demasiado.

Este artículo trata sobre...

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