El fin de la "tasa del pollo" animará el mercado de los pick-up en EEUU
El país norteamericano tiene un mercado inmenso para los <em>pick-up</em> de fabricación nacional, sobre todo Ford F-150, Chevrolet Silverado, GMC Sierra, RAM 1500, Toyota Tacoma y Nissan Frontier. Pero les faltan competidores hechos en el exterior, debido a la "tasa del pollo", instaurada hace décadas
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Publicado: 30/06/2015 11:00
¿Por qué solo seis fabricantes ofrecen modelos pick-up en Estados Unidos? Existe un 25% de arancel de importación hacia los vehículos industriales ligeros, tanto pick-up como furgones y furgonetas. En la práctica, es una forma de quitarse a la competencia de encima. Esta barrera de entrada solo se salva eficazmente fabricando dentro del país.
En los años 60, las potencias europeas subieron los aranceles a las exportaciones norteamericanas de pollo, a lo que se respondió con aranceles para los vehículos industriales, entre otros bienes. Esa restricción sigue viva a día de hoy, así que los Ford Ranger, Volkswagen Amarok, Toyota Hilux, Mitsubishi L200 o Mazda BT-50 no se comercializan en aquel país.
En el caso de furgones y furgonetas, hay formas creativas de burlar ese arancel
Ford estuvo importando desde Turquía las Transit Connect en versión de pasajeros, y al pasar la aduana, los asientos traseros se reciclaban y los transformaban en comerciales en pocas horas. Mercedes exporta desde Alemania los Sprinter parcialmente desmontados, y tras pasar aduana, los ensamblan, se importan como recambios.
La "tasa del pollo" puede desaparecer en virtud del famoso TTIP, o tratado internacional de libre comercio que están debatiendo 40 naciones, incluyendo la Unión Europea. Dicho tratado implica que se tiren abajo barreras arancelarias como esta, y que permitirá a la competencia importar pick-up de tamaños más pequeños a un país que los adora.
En EEUU, los pick-up no son solo vehículos de trabajo, también son un símbolo de ostentación, son más lujosos y cargados de equipamientos más dignos de berlinas que de rudos industriales. Por contra, los pick-up internacionales están más hechos para el trabajo, tienen motores Diesel de "poca" potencia (comparando con sus grandes V6 y V8), son más espartanos y no pueden remolcar tanta carga.
Aunque se acabe derogando esa barrera arancelaria, el efecto no va a ser inmediato por varias razones:
- La desaparición del arancel será progresiva a lo largo de años
- Los modelos internacionales no se han pensado para las normativas de seguridad y medio ambiente de EEUU, no se podrían homologar tal cual
- En general, están pensados para otro tipo de cliente, más profesional que particular
- La mayor producción internacional de pick-up se localiza en Tailandia, país no adscrito a las negociaciones del TTIP
- Por último, hay modelos que pueden colisionar con los ya pensados para mercado norteamericano, como Toyota Hilux contra Toyota Tacoma
Si nos salimos del mercado de pick-up y hablamos de furgonetas y furgones, la cosa cambia. Por ejemplo, a nuestro país le puede interesar mucho un creciente volumen de exportación para EEUU, ya que fabricamos diversos modelos comerciales, y varios son de marcas conocidas en ese país. De Opel, Peugeot y Renault no podríamos decir lo mismo...
En EEUU está empezando a animarse el mercado de los comerciales pequeños, como Nissan NV200, Ford Transit o RAM Promaster (Fiat Dobló), aunque la producción viene de sus vecinos mejicanos. La desaparición del arancel permitirá que el mercado vaya siendo más competitivo, y que vaya adaptándose más a las necesidades reales de los profesionales, que no siempre necesitan modelos tan grandes como los que se estilan por allí.
La maquinaria industrial norteamericana hará lo posible para que este arancel tarde en desaparecer el máximo de tiempo posible, ya que hablamos de un mercado que se ha preocupado poco en competir, y donde los beneficios son pingües para unos pocos. Más competidores implica ganar menos dinero, porque aumenta la competencia y se reducen los márgenes.
Estamos ante un proceso progresivo. Faltan años para que la tasa desaparezca, y los fabricantes interesados en conquistar ese gran mercado del pick-updeben tener en cuenta más al cliente estadounidense, así como las normativas que rigen allí.
Los últimos lanzamientos, como Toyota Hilux o Nissan Navara, prácticamente se han quedado fuera
En cuanto a las "furgos", más de lo mismo, deben aumentar su sofisticación, equipar motores de mayor potencia, y ofrecer precios competitivos respecto a los fabricantes que pueden producir localmente y no dependen de los barcos. Este segmento es muy competitivo y los márgenes son pequeños, no interesa tanto como el mercado de pick-up.
Solo hay que ver que en la medida de lo posible, los pick-up y comerciales internacionales se fabrican en países donde el coste de fabricación es bajo. España es un buen ejemplo de ello, pero también está Tailandia, unos cuantos países latinoamericanos, incluso el países del Magreb.
A día de hoy unas cuantas distorsiones del mercado se pueden explicar solo a base de barreras arancelarias e impuestos, que provocan mercados cautivos artificiales y cerrados a la competencia.