El Gobierno del Reino Unido intenta tranquilizar a los fabricantes antes del "Brexit"
Después de la prórroga, la nueva fecha para la consumación del "Brexit" será el 31 de octubre. Si no hay acuerdo con la UE, los fabricantes afincados en el Reino Unido entrarían en una situación de baja competitividad que les haría replantearse seguir allí.
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Publicado: 14/10/2019 22:00
La industria del motor en el Reino Unido ha sido prácticamente unánime en su posición acerca del "Brexit", no es una opción que vuelvan los controles fronterizos ni la imposición de aranceles. Lo mismo dice la patronal británica del automóvil, la SMMT.
Mike Hawes, director ejecutivo de la SMMT, se expresó con estas palabras en un comunicado: "Las industria del motor del Reino Unido y la Unión Europea están integradas a un nivel profundo, por lo que necesitamos un acuerdo que garantice un comercio libre de trabas ni nada que lo entorpezca".
Pero el Gobierno capitaneado por Boris Johnson no está, todavía, en situación de garantizar que eso vaya a suceder. Mientras negocian en los últimos minutos de partido con sus homólogos en Bruselas, confían en tener un acuerdo de salida ventajoso, pero si no lo hay, tocaría un "Brexit" duro. Esto último está descartado por ley.
La Unión Europea ya se expresó múltiples veces en este sentido, no habrá un acuerdo más ventajoso del conseguido con la anterior premier, Theresa May, que no fue aceptado por el Parlamento británico. La Cámara de los Comunes rechazó básicamente todo: el irse, el quedarse, el acuerdo, respaldar al Primer Ministro tras la renuncia de May por falta de apoyos...
Durante estos meses los fabricantes han invertido para protegerse de las inevitables consecuencias del "Brexit"
Sin acuerdo con la UE, Londres tendría que pedir otra prórroga a Bruselas, otra cosa es que se conceda. Denegada la prórroga, se produciría lo que se conoce como una salida "por las bravas", provocando una enorme disrupción del tráfico de mercancías, la movilidad de personas y capitales, etc.
En ese escenario las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC o WTO) establecen que deben imponerse aranceles a los bienes que se importan de fuera, y la UE hará lo mismo, con un 10%. En ese escenario los fabricantes no serían competitivos, y eso suponiendo que el 100% de los componentes tengan origen en el Reino Unido.
Lo más normal es que haya componentes que vengan del continente, ya que la frontera es solo física, por lo que estos ya vendrían inflados de precio, en consecuencia hablaríamos de aumentos de precios por encima del 10%. Los fabricantes no van a absorber la diferencia sin más, comercialmente no tiene ningún sentido.
No solo aumentarían los precios, la cadena logística "just in time" pierde eficacia y hay que aumentar los costes de almacenamiento
El ministro Nadhim Zahawi ha declarado a Bloomberg que Londres está reuniéndose con los fabricantes (Ford, Jaguar Land Rover, Nissan, PSA y Toyota) para ver qué se puede hacer para minimizar los efectos en la logística (retrasos) y en los controles aduaneros para evitar pérdidas millonarias.
Para ello, Londres usará todos los mecanismos autorizados por la OMC -en caso de salida sin acuerdo- o la propia Unión Europea -en caso de un acuerdo-. Entre las medidas posibles están fondos de contingencia para ayudar a los negocios a superar una crisis cuyos efectos son rápidos. Pero eso solo sería un parche.
Honda ya anunció el fin de sus operaciones en el país desde 1992, la primera fábrica que va a cerrar Honda desde la Segunda Guerra Mundial. Ford también cerrará una de sus fábricas. Nissan sacará producción de Sunderland en caso de "Brexit", MINI se expresó en términos parecidos, PSA cerraría Ellesmere Port si no es rentable... suma y sigue.
Por otra parte, por mucho que cooperen las autoridades francesas y británicas para que las mercancías fluyan de forma ágil entre los dos lados del Canal de la Mancha, los controles aduaneros serán inevitables. Y hablando de aduanas, sigue coleando el qué pasará con la frontera entre Irlanda y la parte británica, Irlanda del Norte, que no puede tener fronteras a raíz del Acuerdo del Viernes Santo de 1998.
La consumación de un "Brexit" sin acuerdo puede suponer la ruina para una industria que se había recuperado de la caída del gigante BMC y sus diferentes marcas. Desde entonces, Reino Unido no tiene ningún fabricante que no esté en manos extranjeras, de una forma o de otra. Desde el referéndum de junio de 2016 ya se han notado las consecuencias, y de momento son todas negativas.
Fuente: Bloomberg