El Gobierno juega al despiste con la implantación de los peajes en autopistas y autovías, se olvidó de ellos el martes
Llevamos años con la amenaza de que el Gobierno implante peajes generalizados en las autopistas y autopistas españolas, ya que los más de 30.000 millones de euros recaudados en impuestos a los conductores no sirven -aparentemente- para cubrir un déficit de mantenimiento de 8.000 millones.
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Publicado: 03/02/2022 22:00
Puede que os suene este titular de El País: «El Gobierno aparca por impopular el plan de pago de las autovías», de finales de diciembre. Pues era mentira, pero no del periódico, sino del Gobierno. Ni unos días pasaron y ya teníamos más noticias que nos acercan al repago de TODAS las autopistas y autovías españolas que ahora mismo no tienen peajes. Es un repago, ya las pagamos con impuestos al carburante, el IVA, impuestro de matriculación, etc.
El Gobierno le dijo a los políticos de la UE en Bruselas que el proyecto estaría listo este año, cuestión de seis meses, pero que la falta de consenso político con sus propios socios de investidura aplazarían su aplicación. Puede que sea 2023, puede que sea 2024 (en la próxima legislatura), pero nos están acorralando. Es una contrapartida de la obtención de fondos europeos.
El jueves 20 de enero, hace dos semanas, la titular del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, dijo que presentaría el anteproyecto de la Ley de movilidad para debatirse en el Consejo de Ministros de anteayer, 1 de febrero. Ni rastro de ese texto en el resumen oficial. Tal vez es que a la ministra se le olvidó, porque en la rueda de prensa tampoco se habló de esto.
Dicha medida es importante porque abriría la puerta al pago por uso de unas infraestructuras vitales para la economía del país, empezando por la obviedad de que más del 90% de las mercancías se transportan por carretera, por no hablar de profesionales que van y vuelven a sus puestos de trabajo.
Todo esto llega en un momento en el que los precios han pegado el mayor subidón en los últimos 30 años (más del 6% de incremento del IPC), la electricidad es carísima en el mercado mayorista y los combustibles están en precios récord, especialmente la gasolina de 95 octanos. Y la recaudación de impuestos está por las nubes, pero sigue sin ser suficiente.
La justificación para este repago es para no retirar recursos «a la sanidad, la educación o la justicia» por pagar el mantenimiento de nuestras carreteras
Dado lo impopular de la medida, resulta complicado que se intente aprobar justo antes de las Elecciones Generales de 2023, pues en noviembre del próximo año se termina la legislatura si es que no ha saltado por los aires previamente. La presión ejercida por los transportistas, que casi van a la huelga en navidades, logró darnos a todos un respiro.
Una de las últimas noticias que tuvimos al respecto de la llegada del repago -denominado eufemísticamente como «un sistema de tarificación»- vino de boca de la secretaria de Estado de Infraestructuras, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera, que dijo en Pontevedra que establecer los cobros era «imperativo».
Llevamos años con opacidad, declaraciones vagas o respuestas idílicas como que se tendrán en cuenta todas las opiniones y necesidades, un baile de declaraciones imposible de seguir por el ciudadano común y un hastío que no deja de incrementarse cada vez que alguien con un mínimo de relevancia dice unas palabras para que siga subiendo el pan.
Ante tanta incertidumbre, incluso aparecen previsiones de precios, como las que da La Opinión de Zamora. Así, el medio local prevé 3 euros de peaje -a sumar a los 12 euros de la AP-6- entre Zamora y Madrid, o a Valladolid por 1 euro, algo menos por ir a León, o 60 céntimos para ir a Salamanca. El repago quedaría muy diluido, pero seguiría siendo un repago porque los automovilistas pagamos muchísimo más de lo que las carreteras necesitan.
Primero viñeta, después pórticos, pero no habrá barreras
Según el ABC, a corto plazo el Gobierno es partidario de implantar un sistema de viñeta, por el cual se paga una cantidad fija y se debe llevar un distintivo en el parabrisas, como en Suiza o Austria. A medio plazo la opción preferida es el pago por kilómetro mediante peajes electrónicos, como ocurre en Portugal desde 2010.
Mientras tanto, nuestros vecinos ibéricos ya van por la tercera rebaja de los importes de las autopistas ex SCUT, esas que se construyeron con fondos europeos y que se llenaron de pórticos para recaudar dinero, el cual no es suficiente para el mantenimiento de las vías en cuestión. Algunas autopistas redujeron sus tarifas en un 50% en julio.
Tal y como subraya el sentido común y datos de una encuesta del RACE, resulta evidente que los peajes en todas las vías rápidas implicarán un aumento de la siniestralidad por el aumento de tráfico en las vías secundarias, un perjuicio económico para todos y, evidentemente, más víctimas de tráfico. Seguro que la DGT lo soluciona con más radares y más drones.