Elon Musk quiere que creas que Tesla está a punto de ofrecer conducción autónoma pero no da ningún dato al respecto
Una vez más Tesla consigue acaparar los titulares de todo el mundo, pero su última presentación ha dejado frías a muchas personas, incluyendo a sus inversores. El precio de las acciones ha caído desde el jueves.
Nadie puede negar que Tesla ha sido la marca más disruptiva de la industria del motor en sus más de 100 años de historia. Pocas, por no decir ninguna, compañías han logrado tanto éxito y repercusión en tan poco espacio de tiempo. El coche eléctrico ha transformado por completo la realidad del mundo y la forma en la que nos movemos. Elon Musk ha sido el gran precursor del cambio, pero su última presentación falta de detalles no ha generado la respuesta que él esperaba. ¿Qué está intentando vendernos?
Tesla es una marca de amor-odio. O bien la adoras como una religión o bien la desprecias. No parece haber término medio. Si bien sus productos han demostrado estar muy por encima del resto de fabricantes en cuanto a eficiencia, consumo y autonomías, muchos no comparten su pasión. A día de hoy no hay compra más lógica que la de un Tesla Model 3 o un Tesla Model Y, si es que un coche eléctrico se desea. Los extremos siempre son malos y si bien Europa demanda cada vez más coches eléctricos, es el mercado el que está marcando el ritmo de crecimiento natural. Más lento de lo esperado.
Elon Musk cada vez causa menor impacto en las acciones de Tesla
Pero esto no importa nada en absoluto a Elon Musk. El empresario americano va muy por delante de la agenda de ruta de los políticos. Antes de que estos pidiesen coches eléctricos él ya los vendía. La misma estrategia quiere realizar con la conducción autónoma, pero ¿estamos ante el mismo caso de emprendimiento o ante un sueño difícil de cumplir? Tesla está mutando de una marca de coches a una empresa de tecnología. El propio Musk lo ha repetido en más de una ocasión. En el futuro Tesla ganará más por la tecnología que venda a terceros que por la venta de coches eléctricos. Al menos así lo espera y estima el empresario americano.
La semana pasada, el jueves para ser más concretos, la compañía desveló al mundo el futuro. Como si de una película futurista de ciencia ficción se tratase, Tesla convocó a medios y seguidores a los estudios centrales de la Warner Bross en Los Ángeles. Allí presentó no uno ni dos, sino tres productos diferentes: dos vehículos autónomos y un robot. El más compacto de esos vehículos autónomos ya estaba anunciado, el Cybercab o también conocido como Robotaxi porque aspira a cumplir las típicas funciones de transporte de pasajeros cual taxi. El segundo vehículo sin conductor fue el Cybervan. El mismo concepto de autonomía, pero para más pasajeros.
Si bien la presentación trascendió por los habituales cauces de Tesla, espectacularidad y vistosidad, la presentación fue banal y falta de detalles. Algo que no pasó desapercibido a los inversores. Elon Musk prometió tener listo el primero de sus coches autónomos en 2026, pero no ha aportado ni un sólo dato del estado actual del proyecto. Recordemos que para que un coche o vehículo sea considerado 100% autónomo tiene que alcanzar el 5º grado de autonomía. Actualmente, los modelos más avanzados de la casa ofrecen un nivel 2,5 de conducción autónoma. El vehículo puede controlar el entorno, pero es el conductor el que tiene la responsabilidad.
Sólo a partir del nivel 4 es posible circular sin conductor, aunque depende de las reglamentaciones vigentes en cada territorio. En Estados Unidos los Teslas más modernos ya pueden viajar pequeñas distancias sin la supervisión de un adulto. En Europa no. El primer paso de esa gran aventura autónoma es que Tesla y Elon Musk consigan unificar criterios para el transporte de pasajeros sin conductor. Algo que ya de por sí se antoja muy difícil de lograr en apenas 2 años. Todo el mundo da por hecho que este será un nuevo y extenso capítulo en la larga lista de promesas retrasadas por parte de Tesla. El Cybertruck se presentó en 2019 y no fue hasta 5 años más tarde cuando llegó a las calles.
Elon Musk cada vez convence menos entre la comunidad de inversores. El mismo día de la revelación oficial de sus productos futuristas las acciones de Tesla cayeron un 9% una abrupta caída de 20 dólares por título. Desde entonces los precios han seguido cayendo. Tesla está teniendo más dificultades de las esperadas para colar su sistema de conducción autónoma, el famoso paquete FSD como un programa de máxima asistencia al conductor. Es por eso que prometer ahora la liberación total en apenas 2 años se antoja excesivamente ambicioso. Sólo el tiempo dirá si Musk se guarda algún as bajo la manga.
Todo el mundo esperaba que Tesla diese planes más concretos a corto plazo. Muchos se están preguntando qué pasa con la renovación del Tesla Model Y, el coche que más dinero deja en las arcas de la compañía. En la misma línea de incógnitas está el tan esperado Tesla Model 2, el coche que debería democratizar la movilidad eléctrica a escala mundial. Los inversores necesitan esos datos reales sobre los que proyectar sus evaluaciones. El resto no son más que promesas y palabras vacías que si bien antes alegraban los mercados ahora cada vez convencen menos. Tampoco ayuda el papel que Elon Musk está tomando durante la campaña electoral para las próximas votaciones a la Casa Blanca. El empresario se ha posicionado muy a favor de Donald Trump.