Las estrictas emisiones de CO2, la gran causa de la desaparición de los modelos urbanos
Las emisiones promedio de CO2 de una gama de modelos son la clave para cumplir con los exigentes límites marcados por la Unión Europea. Las fuertes multas han ocasionado que algunas marcas eliminen modelos, siendo los pequeños los más perjudicados, lo cual tiene un trasfondo más interesante detrás.
4 min. lectura
Publicado: 19/10/2021 21:00
No son pocos los fabricantes que se han visto obligados en los últimos años a reducir su gama de modelos, aunque también versiones mecánicas. En realidad, era una auténtica locura que algunos coches contasen con hasta 30 combinaciones posibles en una sola carrocería. Una estrategia que solo tenía un objetivo, el que el cliente no se fuera a otra marca.
Sin embargo, esta estrategia tenía una seria desventaja, la de incumplir con las normas de emisiones, por lo que los fabricantes se han visto obligados a reducir el número de versiones en favor de las más demandadas. Aún así, los problemas no se han solucionado, lo que ha supuesto eliminar modelos de un plumazo. Al menos, hasta contar con una oferta de híbridos enchufables y eléctricos que disminuyesen significativamente las cifras promedio de emisiones de CO2 que, según marca la norma Euro 6d, es de un máximo de 95 g/km para toda la flota.
Las emisiones de CO2 lastran los modelos más pequeños del mercado, no rentables para las marcas
La cuestión es que cada modelo tiene una cifra límite, que depende del motor, la potencia, transmisión, tracción, peso y equipamiento. De ahí que las marcas tengan que homologar cada versión, añadiendo opcionales como llantas y techos panorámicos, entre otros elementos. En definitiva, todo lo que pueda suponer diferencias en el consumo de combustible y las emisiones.
Teniendo estos factores en cuenta, cabe preguntarse por qué desaparecen los modelos más pequeños y no los más grandes. Y es que el peso también está regulado a 1.380 kilogramos, por lo que cada 30 kilogramos menos, rebaja el límite un gramo, y al revés. Un ejemplo es el del ya antiguo Skoda Fabia Combi. Con su motor de 1.0 litros MPI de 60 CV, sus emisiones límite son de 82,53 g/km, penalizado por cualquier valor superior a esta cifra. Este es el factor determinante por el que los fabricantes están renunciando a los modelos más pequeños ya que, a sabiendas de la pertinente multa, el precio se incrementa y ya no es una opción tan atractiva para los clientes.
La solución está inventada pero no es definitiva tampoco, y más de una marca la ha utilizado recientemente: se trata de los créditos de carbono compensando las altas emisiones, aunque también tiene los días contados, pues el endurecimiento de la norma Euro 7 obliga a aumentar significativamente la cantidad de híbridos enchufables y eléctricos en una gama de productos. Además, los primeros que disfrutan de ciertos beneficios, también terminarán perdiéndolos, por lo que los segundos son la verdadera solución. El gran problema es que hoy un utilitario eléctrico con una autonomía decente se va de precio.
Fuente: Auto.cz