En Madrid el transporte sostenible superará al privado en solo 10 años
A lo largo de la presente década vamos a ver cambios muy importantes en nuestros hábitos de desplazamiento, especialmente en las grandes ciudades. Madrid será una de las urbes que más van a cambiar, perdiendo el coche privado su dominio de las calles en 2030.
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Publicado: 27/02/2020 22:00
Cada vez más fabricantes están cambiando su modelo de negocio, pasando de la venta de coches y servicios posventa a un modelo orientado a proporcionar movilidad en un sentido más general. Eso incluye a gente que ni es ni será cliente en condiciones normales, porque los hábitos ya están cambiando. Sin ir muy lejos, la movilidad es uno de los temas dominantes del próximo Salón de Ginebra.
La comparación del Madrid de 2010 con el de 2020 ya es bastante importante. En este plazo hemos visto cómo se han cerrado zonas enteras de la ciudad al tráfico de paso de no residentes, se han producido restricciones circulatorias y una miríada de vehículos eléctricos están invadiendo las calles con un atronador silencio.
Los vehículos de movilidad personal (VMP) -conocidos como patinetes-, bicicletas, ciclomotores, motos y coches eléctricos que se alquilan por minutos están alcanzando un porcentaje muy significativo de usuarios, incluso si se compara con la población que está censada en la capital. Es un anticipo de lo que será la norma en otras grandes ciudades en pocos años.
Así lo cree un estudio sobre movilidad que ha realizado Kantar llamado "Mobility Futures". En 2030 habrá más desplazamientos con transporte colectivo o personal que con vehículos privados, ese año será el punto de inflexión. A partir del mismo la utilización del vehículo privado se supone que irá disminuyendo.
¿Y por qué se le llama sostenible al transporte público y al personal, y no al privado? Básicamente por las emisiones que corresponden por pasajero transportado, muy bajas o cero, y por la infrautilización del vehículo privado cuando no se está usando, por no mencionar el espacio que ocupan parados o en movimiento.
El vehículo privado sigue siendo la opción favorita de mucha gente por diversas razones: no querer compartir espacio con otros pasajeros, comodidad, falta de alternativas, por cuestiones de estatus, etc. Y estando las ciudades cada vez mejor comunicadas y siendo mayores las restricciones circulatorias, el vehículo privado tiene cada vez menos sentido.
El estudio ha analizado 31 ciudades del mundo en todos los continentes, las más pobladas y representativas, y Madrid representa a España (si bien el caso de Barcelona es muy digno de estudio por la densidad de población y sus particularidades). De las capitales europeas será Madrid la sexta que más va a cambiar tras Manchester, Moscú, París, Milán y Amsterdam.
A nivel mundial el uso del vehículo privado se estima que caerá del 51% actual al 45%
El medio de transporte que más va a crecer globalmente es la bicicleta, según se van pacificando las relaciones entre ciclistas y vehículos cerrados. El auge de las asistencias eléctricas hacen que ni siquiera haga falta tener buena forma física para moverse por una ciudad que no es precisamente lisa, caso de Valencia o de Sevilla.
En Madrid la caída del tráfico privado se espera más alta que en la media mundial, cayendo un 16% durante la década. Aumentarán las distancias a pie (+23%), el uso del transporte público (+6%) y en menor medida la bicicleta (+1%).
Los factores que están detrás de estos cambios es la facilidad de conseguir un vehículo que solo cuesta dinero mientras se está utilizando, sin cuotas de mantenimiento ni costes a velocidad cero, la mayor eficiencia del transporte público en las zonas restringidas al tráfico y, evidentemente, medidas como Madrid Central o Madrid 360.
Todo esto hace que el coche al final acabe siendo una forma de movilidad incómoda y cara: costes al aparcar (especialmente con plaza en propiedad), zonas donde no se puede pasar, congestión de tráfico sin carriles discriminados, un coste por kilómetro -sumando todo- elevado, etc. Y todo eso se puede acelerar a golpe de leyes.
Si sale adelante la legislación medioambiental que ambicionan el PSOE y sus socios, ciudades grandes y medianas adoptarán medidas similares a las de Madrid. Los centros se devolverán a sus residentes (y a los turistas, claro) y los vehículos privados tenderán más a estar aparcados para cuando realmente sean necesarios, colgados en portales de anuncios o yendo de camino al desguace.
Fuente: Kantar