La EPA sufre agresivos recortes mientras su nuevo director despilfarra en seguridad

Scott Pruitt con Trump en el despacho oval.

La llegada de un personaje como Scott Pruitt a la dirección de la EPA ha resultado ser tal y como esperábamos. Nadie se creía que alguien como Pruitt, funcionario público en nómina de la industria del petróleo y el mayor enemigo de la EPA en los últimos años, fuese a representar realmente una nueva visión imparcial sobre el cambio climático.

Desde el primer momento que pisó la agencia puso en marcha una agenda de recortes masivos con la manida excusa de no despilfarrar el erario público, y aunque no se conoce todavía el verdadero alcance de estos recortes y a que divisiones o proyectos afectarán, ya sabemos que no ha tenido problema en destinar fondos y recursos para un ejercicio de lo más innecesario destinado a “decidir” si existe o no implicación del ser humano en el cambio climático, y que será llevado a cabo a modo de debate entre dos equipos, a la manera que se realiza en cualquier instituto de secundaria.

Si bien la decisión de ejecutar esta iniciativa ha sido pública, presentándola bajo la inocente apariencia de ser un simple esfuerzo de búsqueda de la verdad aunque lo que parece es una mera pantomima para justificar futuras acciones o decisiones relacionadas con el cambio climático, de puertas adentro Pruitt parece no haber sido tan sutil.

Sede de la EPA.

Los primeros esfuerzos de Pruitt a su llegada a la EPA han estado destinados a blindar la agencia contra posibles filtraciones. La EPA no es que realice demasiados proyectos secretos precisamente, pero aún así, Pruitt ha estado muy preocupado en términos de seguridad. Lo que irónicamente no ha impedido esta filtración.

Según la última documentación aparecida, a la misma vez que ordenaba numerosos recortes, incluyendo partidas que iban destinadas a premiar a los trabajadores, Pruitt se hacía con un impresionante equipo de seguridad personal. Por primera vez en la historia de la EPA, su administrador cuenta con un equipo de 10 personas que opera 24 horas al día y 7 días a la semana. Su antecesor llegó a contar, y solo en determinadas apariciones públicas, con un equipo de entre 6 y 8 personas, pero que no operaban en jornadas de diario.

El costo de este equipo de seguridad es de 800.000 dólares, pero como no era suficiente un equipo de guardaespaldas 24 horas al día, Pruitt ha mandado a realizar inspecciones en sus dependencias a empresas de seguridad electrónica para comprobar que no hay micros ocultos, ha instalado cerraduras de control biométrico e incluso un teléfono seguro, aunque curiosamente, la EPA ya contaba con este tipo de teléfonos, al parecer se encontraban en otra planta diferente de la que emplea Pruitt. Todos estos gastos ya sabemos que han supuesto decenas de miles de dólares, pero, la pregunta es por qué motivo tales medidas de seguridad, ¿qué trata de ocultar Pruitt y qué está tramando en la EPA?.