La era de las pantallas de infoentretenimiento enormes ¿acabará algún día?
Los consumidores exigieron pantallas de infoentretenimiento cada vez más grandes, y los fabricantes escucharon sus demandas. ¿Dónde está el límite? Algunas voces empiezan a hablar de un futuro decrecimiento de las superficies de visualización, al menos las que apartan la vista de la carretera.
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Publicado: 09/01/2023 22:00
En cuestión de poco tiempo, hemos pasado de tener si acaso un par de líneas horizontales de información en la parte central del interior del coche a pantallas grandes que ya quisieran tener muchos ordenadores portátiles. Este fenómeno ha ido acompañado de una importante reducción de botones y pulsadores, aglutinando las funciones en las pantallas.
Varios modelos actuales tienen pantallas de infoentretenimiento que aglutinan la navegación, ordenador de a bordo, duplicado de aplicaciones móviles, sistema de audio, personalización, configuración... hasta la climatización. Incluso se puede jugar a videojuegos o ver películas en algunos casos, eso sí, en parado o para el pasajero.
En BMW creen que es una tendencia que va a desaparecer en cuestión de 10 años, aludiendo a la misma razón por la que algunos dimos la voz de alarma hace tiempo: son una enorme fuente de distracciones. Por muy altas que se sitúen estas pantallas, potencialmente pueden distraer y sentar las bases de un siniestro vial o gran susto.
Durante el CES de Las Vegas, el fabricante alemán presentó el modelo conceptual BMW i Vision Dee, en el que no hay ninguna pantalla de infoentretenimiento. En vez de eso, se proyecta la información a través del parabrisas, maximizando la sinergia entre el head-up display (HUD) y la realidad aumentada.
Oliver Zipse, consejero delegado de BMW, comentó: «Si usted tiene que mirar hacia abajo para controlar su coche, creemos que es un grave error». El fabricante apuesta a que la tendencia irá a menos en parte por la intervención de los reguladores, que pondrán limitaciones al tamaño y funcionalidad de las pantallas de infoentretenimiento.
«En 10 años, eso se acabó», dijo Zipse en relación a estos dispositivos. En la era que estamos viviendo ya hemos comprobado los efectos distractores que producen teléfonos móviles, tabletas o videoconsolas incluso cuando la gente va andando por la calle, llegando a tenerles enganchados y absortos incluso en reuniones sociales. Es un signo de los tiempos.
Sin embargo, no tiene la misma peligrosidad el que un peatón se «coma» una farola, a que un conductor se salga de la carretera o colisione por no ir pendiente a lo que tenía que ir. Me veo obligado a recuperar un triste ejemplo, el de un conductor de un Tesla Model S que confió en el sistema Autopilot y chocó contra un camión por estar viendo una película.
En los últimos años hemos visto más ejemplos de negligencias de ese tipo. Por otro lado, el advenimiento de la conducción autónoma hará falta que los pasajeros se distraigan con algo, sobre todo el conductor, si ya está a los mandos una inteligencia artificial. BMW cree que todo el parabrisas interior puede ser una pantalla, llegado el caso.
Este planteamiento minimalista en lo relativo a las pantallas comenzará a aplicarse a la Neue Klasse (nueva clase) prevista para 2025, un sedán y un crossover, ambos 100% eléctricos. BMW ha avanzado que su nueva gama de coches será «un salto cuántico» en cuanto a diseño, tecnología, diseño y sostenibilidad.
Supongamos por un momento que BMW acierta, y que realmente habrá una involución en la carrera por las pantallas más grandes, de vuelta a hace unos años atrás. Muchos diseñadores de interiores tendrán que trabajar un poco más de lo que ya hacen, porque con una pantalla enorme ya está medio interior hecho -exagerando un poco-.
Habrá que volver a poner en los salpicaderos esas cosas que mediante una pulsación producían que algo funcionase o dejase de hacerlo, los llamábamos botones. No todo se podrá controlar a través del parabrisas con gestos ni con mandos en el volante. Esto supone todo un reto para los ingenieros y diseñadores UX (experiencia de usuario).
Es razonable creer que en pro de la Seguridad Vial, el diseño de los coches tenga que cambiar una vez más. Ya pasó con las imposiciones en paragolpes, capós o faros para reducir los daños en caso de atropello. Y si la exigencia viene de EEUU o de la Unión Europea, eso tiene visos de universalizarse, no tiene mucho sentido diseñar interiores distintos para el mismo coche.
La pregunta del millón es ¿cómo aceptarán esto los consumidores, sobre todo la generación enganchada a las pantallas desde su nacimiento, ya con edad y poder adquisitivo para disfrutar o tener un coche?