IndyCarMarcus Ericsson triunfa en un salvaje y accidentado inicio de temporada en St. Petersburg

No siempre se puede decir que St. Petersburg aporte la carrera de mejor calidad para arrancar una temporada de IndyCar, pero pocas ediciones de este Gran Premio habrán sido tan memorables como esta. Pocos de los 27 coches que empezaron la prueba quedaron intactos tras una cita extasiante en la que hubo dos coches voladores, cinco cautions y cuatro líderes distintos hasta dar con el vencedor en la figura de Marcus Ericsson, quien ya tiene experiencia en reinar en el caos y suma su cuarto triunfo en IndyCar desde el cuarto lugar de la parrilla. Le fue mucho mejor que su compañero de equipo Alex Palou, que no logró consolidar situaciones prometedoras y solo pudo ser octavo.

El entusiasmo de la salida se disipó rápidamente en un violento accidente en las rápidas curvas 2 y 3, que habían dado problemas todo el fin de semana. Felix Rosenqvist dañó su coche al tocar muro en un duelo con Scott Dixon y generó una reacción en cadena que eliminó a otros seis coches, que acabó en Devlin DeFrancesco sufriendo un durísimo impacto casi lateral por parte de Benjamin Pedersen en el que su coche salió volando por los aires. Por fortuna, no hubo que lamentar lesiones de ningún tipo, pero la carrera fue interrumpida con bandera roja.

El efecto acordeón hizo que Santino Ferrucci se llevase puesto a Hélio Castroneves, y este al propio DeFrancesco. Por detrás, Simon Pagenaud se chocó con Sting Ray Robb al intentar esquivar la situación, antes de la aparición final de Pedersen sin poder ver nada. Antes de todo esto, Palou firmó una buena arrancada para ponerse quinto superar a Kyle Kirkwood y Scott McLaughlin, en uno de los pocos highlights de un dia muy complicado para el español. Tras 24 minutos de bandera roja, la carrera se relanzó en la vuelta 6 con el poleman Romain Grosjean al frente.

Calcula ahora el precio de tu seguro de coche

Calcula tu precio online

Los dos Andretti se escaparon rápido en cabeza por más de siete segundos, mientras McLaughlin en séptimo lugar lideraba el grupo de pilotos con goma dura: Dixon, Will Power, Alexander Rossi... Herta seguía de cerca a Grosjean hasta que la degradación empezó a golpearle pronto, cayendo hasta el octavo puesto antes de tener que parar. Le pasó lo mismo a su compañero Kirkwood, que se despeñó del top 10. Palou también tuvo problemas poco después, perdiendo plazas con McLaughlin y Dixon hasta parar en la vuelta 30. Habiendo alargado su parada hasta la vuelta 35, McLaughlin logró culminar un gran overcut sobre Grosjean, O'Ward y Ericsson para ponerse líder real de carrera.

En la vuelta siguiente, tuvo lugar la segunda bandera amarilla, cuando Conor Daly fue trompeado por Kyle Kirkwood. Dixon, que estaba haciendo su parada, salió en cabeza, pero su paso por la línea de salida le dejaba quinto en el orden. En todo este proceso, Palou cayó al noveno puesto, habiendo sido superado por Power y Rossi en la ventana. La resalida de la vuelta 42 dejó el segundo momento peliagudo del día. Rinus VeeKay se fue a las protecciones en un paralelo con Josef Newgarden, y al neerlandés se lo encontraron Jack Harvey y un Kirkwood que salió volando por encima del británico. Aunque Harvey recibió un duro golpe y tuvo que pasar por el hospital a modo de precaución, Kirkwood logró continuar increíblemente para acabar la carrera con tres vueltas perdidas.

La resalida de la vuelta 52 deparó otro accidente. Habiendo sido superado por Dixon, Ericsson se defendió de Power; éste pasó a tener a Herta por el exterior y lo dejó sin hueco hasta mandarlo a las protecciones, siendo sancionado por ello. Nueva resalida en la 55, en la que Palou y Newgarden despacharon a un airoso Callum Ilott. Lideraba con blandos McLaughlin ante los duros de Grosjean y O'Ward, pero solo el francés le atosigaba. Ambos fueron de los que más alargaron su segunda parada, pero el intento de undercut por parte de Grosjean terminó en drama.

McLaughlin salió justo por delante, y Grosjean trató de hacerse con el liderato por el exterior, pero su oponente entró pasado y los dos chocaron contra las barreras. El neozelandés pudo continuar con vuelta perdida y salvar un 13º puesto, pero no así un cabreadísimo Grosjean, que completaba la debacle de Andretti con sus cuatro coches fuera de carrera. Con el guión totalmente desacompasado tras el quinto caution, O'Ward pasaba a liderar el evento sobre Ericsson, Dixon, Palou y Newgarden, habiendo pasado estos dos últimos a Rossi en el periodo de paradas.

El mexicano puso tierra de por medio con una vuelta 79 de resalida prodigiosa, a la par que Palou y Newgarden perdían dos y tres puestos al irse largos en la última horquilla antes de la resalida. Poco a poco, Ericsson fue dando caza a O'Ward, con más del doble de push-to-pass, y empezó a atacarle a cinco vueltas del final. Cuando ya se encontraba cerca para intentarlo a tres vueltas del final, el piloto de McLaren sufrió un repentino problema transitorio de ignición a la salida de la última curva que le costó el liderato, y Ericsson ya no lo soltó hasta el final. El sueco, que había sido el único piloto de Ganassi en el Fast 6 del sábado, logró la que es solo la segunda victoria del equipo en esta pista.

Tras un frustrado O'Ward terminó Dixon, que pescó un metódico podio con su estilo habitual sobre el solvente Rossi y dos pilotos que avanzaron desde las catacumbas a base de sobrevivir a la carnicería, Ilott (primer top 5 en IndyCar). y Graham Rahal. No fue un buen final de carrera para Palou, cuyo día aciago empeoró en la vuelta final al ver evaporarse su sexto puesto a manos de Rahal y Power. Tras el incendio en la parte trasera del coche de Newgarden a cinco vueltas del final, y con muy pocos pilotos en la vuelta del líder, Agustín Canapino supo mantenerse al margen de todas las incidencias y correr con mucha inteligencia para hacerse con un 12º puesto que sabe a gloria en su debut.

RESULTADOS DEl GP DE ST. PETERSBURG (100 VUELTAS)

Su siguiente envite, dentro de casi un mes en Texas, donde la larguísima (e innecesaria) pausa ya debería haber calmado los ánimos lo suficiente. Pero en un óvalo, la chispa tarda muy poco en encenderse...