España tiene un problema de seguridad con las carreteras secundarias, y la solución pasa por las «autovías baratas»

Las carreteras secundarias son, como recuerdan desde la DGT, las que menos se usan pero las que más «matan». Mejorar la infraestructura es vital para reducir la siniestralidad en este tipo de vías. Estas son algunas posibles soluciones.

España tiene un problema de seguridad con las carreteras secundarias, y la solución pasa por las «autovías baratas»
Las carreteras 2+1 son una de las soluciones que la DGT plantea para mejorar la seguridad.

6 min. lectura

Publicado: 18/08/2024 16:00

En España tenemos cerca de 166.000 kilómetros de carreteras, de los que el 89 por ciento son carreteras secundarias o convencionales. Son las que más utilizamos para acercarnos a un poblado pero, en general, las que menos circulación de tráfico tienen en comparación con las vías de alta ocupación.

Su circulación por este tipo de vías se ha visto reducido a la mitad en los últimos 20 años, gracias a las mejoras en la infraestructura vial en España. Son carreteras caracterizadas principalmente por no tener separación física entre los dos sentidos de la marcha y prácticamente no admiten errores, de ahí que el riesgo de accidente sea hasta tres veces superior frente a una autovía o una autopista

Los datos de siniestralidad en este tipo de carreteras generan siempre un fuerte debate y una gran preocupación en el seno de los encargados de su seguridad e infraestructura. Y es que en las vías secundarias, a pesar de que allí 'solo' se producen el 23 por ciento de los accidentes, acaparan el 53 por ciento de las víctimas mortales y un alto porcentaje de heridos graves.

Calcula ahora el precio de tu seguro de coche

Calcula tu precio online
Cifras más importantes de las carreteras convencionales en España. Gráfico: DGT

«Tenemos que trabajar en estas carreteras», reconoce el director de la DGT Pere Navarro sobre unas carreteras secundarias que, en España, representan dos de cada tres fallecidos en carretera, tres de cada cuatro motoristas y la mitad de los atropellos ocurridos en carretera.

Las carreteras 2+1, la solución sueca

Los organismos internacionales también apuntan a las carreteras convencionales como un serio problema para la seguridad vial en este sentido. Según el ETSC, el organismo europeo de seguridad en el transporte, atribuye parte de la culpa de esta letalidad al propio diseño de las carreteras.

Es por ello que en los últimos años se ha intentado seguir un modelo sueco que ha permitido allí reducir las víctimas mortales y heridos graves en un 50 por ciento. Se trata de las carreteras 2+1: aquellas que han sido reconvertidas en un carril por sentido en las que se habilita otro central, para realizar adelantamientos en tramos alternos, y que cuentan con separación física.

Carreteras 2+1 como esta ayudaron a reducir los accidentes mortales en Suecia a la mitad.

«La 2+1 es igual de segura que una de gran capacidad. Es una autovía barata que funciona bien para reducir la siniestralidad porque evita las colisiones frontales y las salidas de vía, los dos siniestros más frecuentes en estas carreteras», asegura Lars Ekman, miembro de la administración sueca del ETSC.

En España hay algunos problemas que impiden la amplia expansión de este tipo de vías. Por ejemplo, su precio, que sigue siendo «alto», pero la DGT reconoce el mayor de los problemas, y es que estas «autovías baratas» necesitan un mínimo de 10 metros de plataforma. Para nuestra desgracia, el 45 por ciento de nuestras vías convencionales tienen una calzada inferior a los 7 metros de anchura.

Soluciones que pueden ayudar a reducir la siniestralidad en las carreteras convencionales. Gráfico: DGT

Más soluciones para mejorar la seguridad vial

La DGT ha estado trabajando en los últimos años en una estrategia de «anticipación a los siniestros». Por ejemplo, reduciendo de 776 a 116 los tramos de concentración de accidentes en los últimos 15 años. Aun así, el director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, Álvaro Gómez, reconoce que «hay que buscar soluciones de diseño y adelantarnos a los siniestros».

Para ello, se necesita realizar una importante inversión, auditar las carreteras y analizar la red viaria tramo a tramo, aportando soluciones adaptadas. La bajada de la velocidad máxima a 90 km/h en 10.000 kilómetros hace unos años permitió reducir las cifras de siniestralidad en un 10 por ciento. Instalar más radares también forma parte de la estrategia para moderar los excesos de velocidad de los conductores.

«Gastar poco, ganar mucho» con pequeños cambios puede marcar grandes diferencias en la carretera, con medidas económicas que ayudan a reducir la siniestralidad. Por ejemplo: los captafaros para delimitar los carriles, los pavimentos de alta fricción, el balizamiento y cebreado de arcenes, las guías sonoras, las barreras de seguridad o mismamente las franjas de separación de sentidos.

Fotos: DGT

Este artículo trata sobre...

Pixel