Especial Skyfall. Los coches de James Bond (II): Lotus Esprit 1977
Encontrar un digno sucesor para el Aston Martin DB5 fue casi tan complicado como dar con un digno sucesor para Sean Connery en el papel de James Bond. Sin embargo, en la decadente industria británica de los años 70 aún había alternativas e imaginación para que un nuevo deportivo acompañase al agente secreto en sus aventuras.
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Publicado: 27/10/2012 18:13
Uno de los puntos de inflexión en la vida cinematográfica de James Bond llegó a finales de los 60. Tras cinco películas, Sean Connery estaba cansado del encasillamiento al que le había llevado 007 y, en su lugar, entró en escena un actor casi desconocido, George Lazenby, y que tampoco logró especial éxito tras pasar por el papel de Bond.
Entre los coches ocurrió algo parecido. Con la llegada de Roger Moore al papel protagonista y tras diferentes escarceos con modelos como el Aston Martin DBS, un Ford Mustang Mach 1 de 1971 o los AMC Hornet y Matador de “El hombre con la pistola de oro” (1974), el espía británico empezaba a necesitar un nuevo automóvil de referencia.
Anduvieron listos los jefes de Lotus y, tras aparcar una unidad del nuevo Lotus Esprit durante varios días frente a los estudios de grabación de la productora de Bond, fue cuestión de tiempo que el nuevo deportivo luciese sus afiladas líneas junto a 007 en la gran pantalla... ¡y de qué forma!
El debut cinematográfico del Lotus Esprit sería en 1977, en “La Espía que me amó”. Se dispusieron dos unidades de serie para el rodaje además de otras tantas especiales, una de ellas con la carrocería completamente sellada, trabajo que se encargó a Perry Submarines, una compañía de Florida especializada en submarinos. ¿Cual era el objetivo de todo ello? Pues que entre los superpoderes del Lotus Esprit de James Bond, estaba el de sumergirse dentro del agua y poder desplazarse como si de un submarino se tratase. Además, también iba equipado con un dispositivo para lanzar barro, misiles, torpedos y cortina de humo submarina.
Evidentemente, las escenas con los actores no se hiceron a mar abierto sino que fueron rodadas en un estudio con una inmensa piscina en la que se sumergía el coche. Con su afilado diseño, el coche volvió a impresionar al público y el Lotus Esprit se convirtió de inmediato en el deportivo del momento gracias a su trabajo junto a 007.
Presentado en el Salón del Automóvil de París de 1975, mecánicamente, el Lotus Esprit nació con un bloque de cuatro cilindros y dos litros que rendía 162 CV y le permitían acelerar hasta los 100 km/h en 6,8 segundos y alcanzar una velocidad punta de 222 km/h.
En 1978 llegaron los primeros cambios con el S2, al que en 1980 se le incorporó un nuevo motor 2.2 a la vez que llegaría la aparición de la versión Turbo de 210 CV.
Este sería el siguiente modelo utilizado por James Bond, entre otras cosas, para llevar los esquís en “Solo para sus ojos”. Aunque, no obstante, Moore había prescindido de montura 'terrestre' en 1979 en su aventura 'estelar' “Moonraker”.
A pesar de que el Lotus Esprit siguió en producción hasta el año 2004 y nunca dejó de ser considerado uno de los deportivos más espectaculares del mundo (de hecho, en los planes de futuro de la nueva Lotus y sus dueños indios está el que el Esprit vuelva a la vida), lo cierto es que James Bond prescindió de él a lo largo de los años 80 para volver a cambiar de rumbo a finales de la década. Pero eso no te lo contaré hasta el próximo capítulo de esta serie especial de los coches de James Bond que podrás leer mañana en MOTOR.ES.
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Fuente: Lotus