Esperar mientras se carga tu coche eléctrico es una molestia que otros han convertido en una mina de oro

Si preguntas por los principales motivos por los que un conductor no se compraría un coche eléctrico, o a un actual propietario por lo que más le pueda molestar en sus viajes largos con un vehículo de estas características, seguro que te hablaría de los tiempos de espera a que se cargue la batería.

Los puntos de carga públicos son cada día más numerosos en las carreteras, y se espera también que con el paso del tiempo se mejoren las potencias de carga rápida en estos puntos. No obstante, los tiempos de espera siguen siendo muy superiores a los de una gasolinera para rellanar un depósito de combustible.

Este inconveniente, sin embargo, se convierte en todo lo contrario para un sector muy concreto: el de los comercios, concretamente aquellos ubicados en las proximidades de estas estaciones de carga.

Cómo matar el tiempo mientras esperas a que se cargue el coche

Cuando te paras a realizar una carga rápida en una estación con tu coche eléctrico, podríamos decir que puedes estar como mínimo 20 minutos esperando a tener la energía suficiente en la batería para poder continuar tu viaje.

Eso quiere decir que te da tiempo a muchas cosas: ya no solo ir al baño, pagar y salir, como harías en una gasolinera de toda la vida. Generalmente vas a dedicar ese tiempo a estirar las piernas, ir al lavabo y, seguramente, tomarte un café o un refrigerio. Algo que seguramente no harías si vas a repostar combustible, ya que en muchas ocasiones te saltas ese paso.

Pero tener que esperar como mínimo 20 minutos da para mucho más, aunque también para ver desde tu móvil un capítulo rápido en una plataforma de streaming. Y no olvidemos también que algunos de los coches eléctricos más modernos ya traen en sus sistemas multimedia ciertos divertimentos (videojuegos, proyección de vídeos...) para hacer la espera más amena.

Una inesperada oportunidad de negocio

Según un estudio del MIT, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, se está confirmando una tendencia que a buen seguro irá a más en los próximos años. Y es que los comercios cercanos a los puntos de recarga públicos están empezando a ver cómo el tráfico de gente se empieza a incrementar, así como el gasto que se realiza.

Los beneficios de los puntos de carga no solo van a parar a los proveedores de la energía, también para las empresas cercanas. Según el MIT, las empresas situadas a menos de una milla (poco más de kilómetro y medio) de una estación de carga han experimentado un notable aumento de tráfico de gente y de facturación.

Hablamos de miles de euros adicionales cada año en negocios como cafeterías, restaurantes, tiendas de alimentación…, perfectos para amenizar esos tiempos de espera. Y según se vaya electrificando el parque automovilístico, sobre todo el pesado, a buen seguro que se incentivará a la aparición de nuevas empresas en las áreas cercanas a las estaciones de recarga.

«El modelo de negocio conjunto de gasolineras y tiendas de conveniencia también podría adaptarse a las estaciones de carga de vehículos eléctricos. Tradicionalmente, muchas gasolineras están afiliadas a cadenas de tiendas minoristas, lo que permite a los propietarios vender combustible y atraer clientes para diversificar su flujo de ingresos. Los proveedores de estaciones de carga de vehículos eléctricos podrían considerar un enfoque similar para internalizar el impacto positivo de las estaciones de carga de vehículos eléctricos», asegura Yunhan Zheng, autor principal del estudio del MIT.

Fuente: MIT