Los e-fuels también son eficaces mezclados con los combustibles tradicionales, según un estudio

Los fabricantes Premium del mercado se están viendo abocados a cambiar su estrategia de lanzamiento de nuevos modelos. Todos afrontarán la próxima década con tecnologías basadas en las energías alternativas, y no se libran ni los más exclusivos como Ferrari, que tendrán una moratoria y retrasarán su transformación apenas un año después que el resto. Para la gran mayoría, los coches eléctricos serán la norma en 2035 y para estos en 2036.

Por ello, los más exclusivos trabajan también en los combustibles sintéticos. Porsche, Mercedes -y la subsidiaria deportiva AMG-, Volkswagen, Audi o McLaren son algunas de las marcas que están trabajando en este campo, especialmente cuando la Unión Europea ha dejado una puerta abierta para los combustibles sintéticos climáticamente neutros, de manera que la proporción de combustibles renovables de origen no biológico debe ser de, al menos, un 5,7 por ciento para 2030. Además, estudios recientes apuntan que el precio por litro del combustible sintético puede llegar a ser de entre 1,20 y 1,70 euros.

La eficacia de los combustibles sintéticos, a prueba

Aunque existen miles de estudios relativos a los combustibles sintéticos, los alemanes de ADAC han realizado un profundo análisis demostrando su eficacia en modelos de producción regular. Una prueba que se ha realizado con un Volkswagen Golf convencional, sin modificaciones técnicas y su motor de serie acumulando varios miles de kilómetros. El resultado obtenido concluye que los valores de consumo de los e-fuels están en un nivel comparable a los de los combustibles convencionales, pero muy por debajo de los límites de emisiones de escape que Europa limita.

Los analistas tampoco han apreciado diferencias notables en las propiedades técnicas, el rendimiento y la conducción. Werner Steber, Director General del Departamento de Tecnología de la Asociación Central del Comercio Alemán del Automóvil, uno de los participantes en el estudio, ha explicado que «el uso de combustibles sintéticos en vehículos de producción es posible sin ningún problema y que no hay efectos negativos en la conducción o el rendimiento del motor».

El estudio también señala que el uso combinado de combustibles tradicionales y sintéticos, con apenas un cinco por ciento de éste último, también muestra una elevada eficacia y eficiencia, contribuyendo a rebajar las emisiones contaminantes. Una seria alternativa que las marcas están obligadas a considerar y también la Unión Europea, pues hay una serie de cuestiones claras: el precio de los coches nuevos escala de forma incesante, el de los eléctricos también y no todos los propietarios podrán permitirse uno equivalente al actual en el futuro, además de que tampoco contarán con un punto de recarga propio.