Los costes de reparación de los eléctricos y PHEV te pueden sorprender según un estudio

Toca cambiar de coche y eres de los que apuestas por coches nuevos, pero hemos llegado al momento de plantearnos qué tipo de propulsión queremos -o debemos- adquirir si tenemos en cuenta las nuevas directrices de emisiones de CO2 que la Unión Europea implantará en la segunda mitad de la década, muy restrictivas en todo el Viejo Continente.

A ello se suma la transformación en el modelo de negocio de todas las marcas, tornando cada vez más rápido a los coches eléctricos, pues los híbridos enchufables difícilmente reducen las cifras de emisiones promedio de CO2 que impone Europa. Y si añadimos también que nuestro futuro coche debe tener una vida útil de 10 años y que veremos restringido el tráfico en gran parte de los centros urbanos en los próximos años, al menos, a la combustión, la elección prácticamente se limita a los híbridos enchufables y los eléctricos.

Reparar un eléctrico cuesta como un gasolina, un PHEV como un diésel

Con el terreno que están ganando estos vehículos más electrificados en Europa, ya es posible conocer algunos detalles de coste de sus reparaciones. Vaya por delante que la los eléctricos son más especiales en su concepción, pues la batería colocada ente los ejes es muy pesada y aumenta la rigidez del conjunto dada la protección extra que necesita comparados con los coches de combustión. A pesar de este factor, disponen de menos piezas. En términos de reparaciones simples, los eléctricos están al mismo nivel que un coche de gasolina, mientras que las de los híbridos enchufables son equivalentes a las de los diésel.

Una base que se explica por el tipo de uso de los dos conceptos de electrificación: Hasta ahora, la gran mayoría de eléctricos del mercado se han utilizado especialmente en entornos urbano e interurbano, dado que la autonomía máxima no permitía ir mucho más allá de unos 200 kilómetros con una sola carga, frente al uso de los híbridos enchufables, más propio de coches más grandes y usables en largos trayectos, como el propósito de los diésel. Incluso, el coste del seguro también es menor en el caso de los modelos de cero emisiones.

Los eléctricos tienen un par de desventajas en términos de siniestros, pues sus baterías son el componente más caro con diferencia, aunque los cables de alto voltaje que transmiten la energía a los motores eléctricos tampoco se quedan atrás. Su sustitución es cara en todos los modelos, aunque puede alcanzar hasta los 7.000 Euros de una tacada en los más exclusivos del mercado. Algo improbable que ocurra, ya que cuentan con revestimientos protectores especiales, pero que serán obligatorios de cambiar tras sufrir un accidente.

Fuente: AZT Automotive