Europa enfurece a los operadores de recarga de coches eléctricos con su última propuesta
La Unión Europea abre otro frente, aunque esta vez no con los fabricantes de coches, sino con los operadores de carga de coches eléctricos. Bruselas quiere que cargar en las estaciones públicas sea tan fácil como repostar, una propuesta que ha abierto una contienda de grandes dimensiones.
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Publicado: 13/12/2022 19:00
La Unión Europea está dando forma a la transición al coche eléctrico en todo el continente. Una transformación que no se limita exclusivamente a la imposición de unas tecnologías concretas para los fabricantes de coches eléctricos, sino que también afecta a otras partes implicadas en el juego. Esta vez, los operadores de carga han sido el objetivo de una nueva propuesta de los eurodiputados.
Los políticos europeos están de acuerdo en una máxima: cargar tiene que ser tan fácil como repostar, por lo que es necesario establecer diferentes sistemas de pago que sean sencillos y fáciles de usar para que todos puedan cargar y pagar su automóvil eléctrico. Como en una estación de servicio, aunque con un matiz. Y es que según fuentes europeas, actualmente, los puntos de carga públicos están equipados con códigos QR que necesitan escanearse para pagar a través de Internet, lo cual es una posibilidad que la UE había dejado en manos de los gobiernos nacionales.
Más posibilidades de pago más allá de las suscripciones
Algo a lo que no se opone Bruselas, siempre y cuando no sea la única opción. El Parlamento Europeo exigirá lectores de tarjetas de crédito y débito para que los clientes puedan realizar estos pagos, y no ser obligados a suscripciones de pagos mensuales a través de aplicaciones móviles específicas. El problema es que no todos los cargadores públicos están asociados a todos los operadores, lo que pone en una situación muy complicada al usuario que tiene la necesidad de repostar electricidad inmediatamente.
Por supuesto, es algo que a los operadores de carga no ha gustado nada, porque no se trata de integrar lectores en los nuevos puntos de carga que se monten, sino también modernizar todas las instalaciones actuales. Por ahora, tienen a los gobiernos nacionales como protectores, que tratan de mantener el código QR contra viento y marea, pero Bruselas no cede en este aspecto, se mantiene firme y aboga por buscar otras fórmulas.
El chantaje, medida de presión de los operadores de carga a Bruselas
Una que se está discutiendo es mantener esta forma de pago en puntos de carga con una potencia inferior a 50 kW en corriente alterna, mientras que en los sistemas de recarga rápida con una potencia superior a los 50 kW de corriente continua, sí se utilizarían los lectores de tarjetas, los dispositivos que el Consejo Europeo estima que serían los más usados. La propuesta definitiva que tendrá rango de ley se discutirá en 2023, por lo que a mediados de año conoceremos el borrador de la normativa que será sometida a votación.
Eso sí, el organismo europeo no está exento de chantajes, pues ya hay gobiernos que anuncian que la nueva propuesta europea acarreará costes adicionales muy importantes para el operador, advirtiendo que «el resultado final podría ser totalmente opuesto a lo que el Parlamento está tratando de lograr, que desconecten el punto de carga de la red eléctrica inutilizándolo, antes que invertir en su modernización».