Alarma en la UE: solo eléctricos y el adiós a la combustión en 2035, objetivos imposibles
Saltan las primeras alarmas en la Unión Europea ante la decisión de transformar los parques automovilísticos en coches eléctricos a partir de 2035. Thierry Breton, comisario de Mercado Interior, partidario de esta estrategia, pide revisar la decisión antes de 2026, y retrasar la fecha, ante la avalancha de problemas que conlleva.
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Publicado: 06/11/2022 12:00
Casi una semana después de que el Consejo de la Unión Europea respaldara la decisión del Parlamento Europeo de cesar la venta de coches de combustión e híbridos a partir de 2035 y convertir los parques automovilísticos en eléctricos, acaba de saltar la primera alarma, poniendo en seria duda el objetivo de la institución europea.
Thierry Breton, Comisario de Mercado Interior, ha sido el primero en exponer los factores y graves consecuencias, confirmando en una entrevista que la aprobación del plan «Fit for 55» contiene una cláusula de revisión que se debe activar antes de 2026, fecha límite, y en la que debatir todos los factores que implica este giro de 360º. El Comisario estima conveniente una nueva discusión en torno a los coches eléctricos, gracias a la presión de los principales países que dominan los grandes fabricantes, franceses y alemanes.
Solo coches eléctricos en 2035, un objetivo difícil de cumplir
Los primeros han pedido ampliar la venta de PHEV más allá de 2035, y los segundos apuestan seriamente por mantener los motores tradicionales alimentados con combustibles sintéticos o hidrógeno, tecnologías en las que trabajan varias marcas mundiales. Pero los grandes problemas a los que se enfrenta Europa no se solucionan en poco más de una década, ha señalado el galo.
La gran mayoría de los ciudadanos europeos no podrán acceder a un coche eléctrico con similares características a las de los de combustión de hoy en día, especialmente en términos de autonomía por sus elevados precios, pero también la importante falta de infraestructura de carga pública. Informes europeos apuntan a la necesidad de más de 7 millones de puntos de carga rápida, cuando hoy solo existen poco más de 350.000 concentrados en Francia, Alemania y Holanda, para los 30 millones de coches eléctricos que se estima que rueden por toda Europa.
La dependencia de materias primas en peligro de agotamiento
La importante destrucción de puestos de trabajo de toda la industria, proveedores incluidos, unos 600.000, a lo que se suma una dependencia de las materias primas fuera de la realidad. Breton ha explicado que «Necesitaremos 15 veces más litio hasta 2030, cuatro veces más cobalto, cuatro veces más granito y tres veces más níquel». Y no hay tantas reservas para semejante propósito, además de la necesidad de una electricidad extra, «unos 150 GW más, lo que significa entre un 20 y un 25 por ciento más de electricidad de la que producimos hoy en Europa. Entonces tendremos que aumentar masivamente la producción de electricidad, pero también tendrá que ser libre de carbono; si lo hacemos con carbón o gas, no tiene sentido».
Las partículas de los eléctricos, de lo que Europa no habla
Breton ha recordado que los coches eléctricos también son emisores de partículas, adelantando que también están obligados a ser más eficientes. «Hay emisiones adicionales e importantes muy dañinas para la salud. Incluso después de 2035, cuando no vendamos combustión, habrá emisiones. Los eléctricos son alrededor de un 40 por ciento más pesados que los tradicionales, debido a las baterías, por lo que emiten muchas más partículas de los frenos y los neumáticos que los automóviles de combustión». De lo que no se ha hablado y se tendrá que hablar antes de 2026.