Europa busca la forma de que cambies de coche por su culpa, la red GSM se desconectará en 2030 y dejará sin eCall a millones de vehículos
La Unión Europea sigue sin solucionar el gran problema que afecta a cientos de miles de coches por una laguna en la llamada de emergencia. El apagón de las redes 2G y 3G prohibirá la conducción si no se dispone de esta función, un plazo que se ha ampliado pero que tendrá importantes consecuencias para los conductores, por supuesto.
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Publicado: 06/06/2024 11:00
La Unión Europea sigue tratando de gestionar uno de los grandes problemas que tiene encima de su mesa, y especialmente en la de los técnicos expertos en seguridad vial, que están ganando tiempo. La gran mayoría de las empresas de telecomunicaciones europeas están procediendo al apagado de la red 3G, algo que deberían haber hecho hace algo más de un año pero que se ha tenido que extender a finales de 2024.
Ésta desaparecerá de gran parte del continente a lo largo de este año, pero no la más antigua 2G, conocida también como GSM. Europa ha enviado una misiva a las operadoras instándoles a mantenerla y sin fecha programada para desconectarla por completo; a pesar de que en una primera instancia estaba programado hacerlo en 2026, ahora no se sabe cuándo.
El gran problema es que su desconexión afectará a miles de millones de coches en todo el continente europeo, pues su sistema de llamada de emergencia funciona a través de esta red, y a los que se sumarán los que son propietarios de coches con un eCall basado en 3G, pues aunque se desconecte esta red, podrá seguir funcionando con la GSM.
La tregua se ha ampliado hasta 2030, como mínimo, porque la Unión Europea ahora está buscando la ayuda de las marcas, pidiéndoles una actualización de los módem con tecnología 2G y 3G a las redes móviles 4G y 5G. La gran pregunta que surge es quién se hará cargo de esta adaptación en los coches más antiguos, ya que la obligatoriedad de la llamada de emergencia se instauró hace seis años a principios de 2018, pero ya existía desde mucho tiempo antes.
Desde luego, las marcas no van a asumir semejante gasto, al menos no si la Unión Europea no les subvenciona ese coste, por lo que una vez más el problema recae sobre los propietarios a los que sólo les quedarán dos salidas: pasar por el aro o cambiar su coche por en muy buen estado que se encuentre, porque la Unión Europea prohíbe la circulación a los coches que no dispongan del sistema operativo, y de lo que se encargará de comprobar en las ITV.