Europa mete mano a las actualizaciones OTA en los coches nuevos

Las actualizaciones inalámbricas «OTA» se han convertido en uno de los gadgets más deseados entre los clientes y compradores de coches nuevos. Las marcas están empezando a popularizar este equipamiento, que permite mantener actualizados los modelos sin la necesidad de recurrir a los servicios oficiales.

Unas mejoras que las puede descargar el propio usuario, gratuitas y cada cierto tiempo, una solución que también tiene mucho que ver con la satisfacción del cliente, pues no solo añade funciones, sino que también ayuda a mejorar la seguridad del sistema y su estabilidad eliminando errores y bugs. Sin embargo, la Unión Europea le acaba de meter la mano hasta el fondo para regular esta tecnología con un nuevo reglamento que refuerza la protección de los clientes y obliga a las marcas de coches a una mayor responsabilidad.

La UE refuerza la seguridad de las actualizaciones inalámbricas

El pasado mes de julio, Europa introdujo la nueva norma «UNECE R 156», mediante la cual las marcas de coches deben atenerse a la homologación de tipo cuando se produzca una actualización de software que sea relevante para el funcionamiento del vehículo. Estos requisitos se han vuelto más exigentes al introducir la tecnología de conducción autónoma de nivel 3 que ya ofrecen marcas como Mercedes.

El propósito es que sean los fabricantes los que evalúen si la actualización prevista en las diferentes unidades de control pueden mantener la homologación de tipo o deben de superar una nueva. Además, deben de establecer un marco específico en el que se refiera el funcionamiento para descargar el software al vehículo de manera segura, describir su funcionamiento y ser comprobado por un laboratorio autorizado que emitirá un certificado de homologación. Incluso, todo este procedimiento deberá ser revisado cada tres años para ampliar la validez del documento.

El nuevo marco regulador establece que las actualizaciones podrán descargarse automáticamente, e instalarse, cuando el vehículo se encuentre en marcha si no afecta directamente a su funcionamiento. Pero, siempre avisando debidamente al conductor de que se va a producir, de las funciones que serán actualizadas y de si necesita su intervención o no. El sistema avisará de que se ha completado con éxito o si ha fallado, remitiendo al propietario acudir al servicio oficial para restaurar el sistema a la versión anterior, indicando cuáles de los asistentes de seguridad pueden funcionar a pesar de la instalación fallida. Un frente más para las marcas...

Fuente: UNECE