Por qué la UE depende de Alemania para resolver el conflicto de la prohibición de los coches de combustión en 2035
Bruselas no se esperaba que el trámite de la votación para prohibir los coches de combustión en 2035 se convirtiese en tan importante problema, en el que los fabricantes están seriamente preocupados. Alemania ha puesto contra las cuerdas al organismo europeo, un país del que depende todo para que se resuelva.
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Publicado: 11/03/2023 20:00
Las marcas de coches están seriamente preocupadas por la paralización de la prohibición de la combustión aprobada por la Unión Europea. Una transformación que es clave para los ciudadanos y para los fabricantes, que no pueden reconvertir sus modelos térmicos e híbridos en eléctricos en pocos años, después de haber destinado miles de millones de euros a nuevas tecnologías y a proveedores.
Estos están casi más preocupados que las propias marcas. Lo cierto es que Bruselas se ha metido en un lío ella sola. La primera votación del Parlamento tuvo lugar a mediados del pasado mayo, con una segunda votación tras arduas negociaciones en el Consejo Europeo en octubre. Un mes después, los representantes permanentes de los estados miembros confirmaron el resultado, Alemania incluida, y nuevamente el Parlamento Europeo la aprobó a mediados del pasado mes de febrero.
Los combustibles sintéticos, el ojo del huracán de Alemania y la UE
El pasado 7 de marzo debería de haberse refrendado el acuerdo, un último paso en el proceso legislativo y una simple formalidad que los legisladores consideran que ni tenía que haberse producido, pero que Bruselas consideró necesaria para quedar patente la decisión de todos los socios comunitarios. Ahora, esta fecha se ha pospuesto al saltar el acuerdo por los aires. Los alemanes han estado esperando una opinión de la UE sobre los combustibles sintéticos, que no ha llegado.
Volker Wissing, el ministro de transportes alemán, no se opone a la decisión de que los coches nuevos sean eléctricos, pero considera que también se puede dar la oportunidad a los combustibles sintéticos para alargar la combustión tradicional por un tiempo más allá de 2035, que han dado resultados positivos en diferentes estudios. Una falta de compromiso clave para entender por qué se ha dinamitado el acuerdo del cese de los coches de combustión, disparando directamente a Frans Timmermans, uno de los comisarios europeos más polémicos, al señalar que «Hasta la fecha no hemos recibido ninguna sugerencia, solo declaraciones negativas».
El cese de la combustión en Europa depende únicamente de Alemania
Un importante conflicto que ha llevado a una crisis entre los países miembros, los que apoyan la decisión de la UE y los que siguen a Alemania, y entre los que se encuentran Italia, Polonia y Bulgaria. Fuentes alemanas apuntan que Bruselas permitiría el uso de combustibles sintéticos en vehículos de emergencias pero no en el transporte privado, de lo que Alemania dice no tener constancia. De hecho, los alemanes han permitido la venta de los e-fuels en su territorio, en una clara afrenta a Europa.
La resolución del conflicto a corto plazo es relativamente imposible, pues Alemania tiene la sartén por el mango. Espera que Bruselas se manifieste, pues para aprobar la ley que prohibirá los coches de combustión necesita que 15 de los 27 países europeos miembros de la Unión no solo estén de acuerdo, sino que representen al 65% del total de la población europea, y Alemania es clave. Pero no moverá ficha mientras que no haya respuesta, por lo que va para largo, muy largo. Como poco, no se espera un acuerdo definitivo antes de 2026.