Proteccionismo, violación de normas internacionales… Europa enfurece a China tras refrendar los aranceles al coche eléctrico

La Unión Europea se enfrenta a una creciente tensión con China tras la votación sobre los aranceles a los coches eléctricos. Pekín ha respondido con amenazas de represalias comerciales, acusando a la UE de proteccionismo y violación de normas internacionales.

Proteccionismo, violación de normas internacionales… Europa enfurece a China tras refrendar los aranceles al coche eléctrico
Xi Jinping, presidente de la República Popular China

6 min. lectura

Publicado: 05/10/2024 09:30

La votación clave de la Unión Europea (UE) sobre la imposición de aranceles a los vehículos eléctricos chinos ha dejado una estela de división entre los países miembros y ha generado una respuesta firme desde Pekín.

Mientras la Comisión Europea se prepara para tomar la decisión final, China ha advertido que tomará medidas para proteger los intereses de sus empresas.

Pero no sólo eso, además ha acusado a la UE de prácticas proteccionistas que, según el gobierno chino, violan las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

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«China tomará las medidas necesarias para proteger los intereses de las empresas chinas»

El conflicto en torno a los aranceles

La medida propuesta por la Comisión Europea pretende contrarrestar los subsidios masivos que el gobierno chino otorga a su industria automovilística.

Estos subsidios han permitido que los fabricantes chinos de coches eléctricos ofrezcan precios muy competitivos en el mercado europeo, lo que, según Bruselas, supone una competencia desleal para los fabricantes europeos.

Para la Comisión, la imposición de aranceles es una medida necesaria para proteger a la industria local frente a lo que consideran precios «artificialmente bajos». Sin embargo, la votación del Consejo Europeo ha mostrado profundas divisiones en el bloque.

De los 27 países miembros, sólo 10 apoyaron explícitamente la medida, mientras que cinco se posicionaron en contra y 12, incluida España, optaron por la abstención. Esta falta de consenso ha dejado la decisión en manos de la Comisión Europea, que tiene la última palabra en cuestiones comerciales.

La respuesta de China: amenazas y firme oposición

Tras conocer el resultado de la votación, el gobierno chino no tardó en reaccionar. No en vano, da por hecho que la Comisión Europea aprobará definitivamente los aranceles a finales de octubre, por lo que ha comenzado a ejercer presión para cambiar eso.

El portavoz del Ministerio del Gobierno de China ha expresado la profunda insatisfacción del país y califica la medida como «injusta» e «irracional».

En un comunicado contundente, afirma que China «tomará las medidas necesarias para proteger los intereses de las empresas chinas», al tiempo que acusa a la UE de alterar el orden comercial internacional y de dificultar la cooperación entre ambas potencias.

las marcas chinas han desembarcado en masa en la Unión Europea

Además, el gobierno chino subraya que la imposición de aranceles violaría gravemente las normas de la OMC y retrasaría el proceso de transformación económica de Europa, afectando negativamente «a los esfuerzos globales para combatir el cambio climático».

Estas declaraciones ponen de manifiesto la tensión creciente entre la UE y China, en un momento clave para el futuro de las relaciones comerciales entre ambas potencias.

La postura de España y Alemania

Uno de los aspectos más destacados de la votación ha sido la abstención de España, que ha optado por no tomar una posición firme ni a favor ni en contra de los aranceles.

Este movimiento ha sido interpretado como un intento de proteger los intereses económicos nacionales y evitar una posible guerra comercial con China. España, en particular, mantiene importantes lazos económicos con el gigante asiático, con quien ha buscado fortalecer la cooperación en proyectos industriales y de inversión.

La decisión española no ha estado exenta de críticas. Desde Bruselas, algunos han señalado que la abstención de España, bajo el liderazgo de Pedro Sánchez, debilita la posición negociadora de la UE en un momento delicado para las relaciones con China.

En contraste, el canciller alemán, Olaf Scholz, ya había manifestado previamente su rechazo a los aranceles, destacando la importancia de mantener un equilibrio entre la protección de la industria europea y la cooperación con China.

El futuro de los aranceles, en manos de la Comisión Europea

Con la votación del Consejo Europeo sin un resultado concluyente, ahora será la Comisión Europea la que decida si se imponen o no los aranceles a los coches eléctricos chinos.

Bruselas ha mostrado disposición a negociar con Pekín, y también ha dejado claro que los aranceles son una medida reversible en caso de que se logre un acuerdo satisfactorio que corrija las prácticas comerciales desleales.

Esta votación, aunque ambigua, podría ser interpretada como una estrategia para aumentar la presión sobre China y llevarla a la mesa de negociaciones.

No obstante, el riesgo de una escalada en el conflicto comercial sigue siendo real, lo que podría afectar a otros sectores económicos y, en última instancia, dañar las relaciones entre ambas potencias.

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