La Unión Europea sospecha que BYD no está jugando limpio, Bruselas podría imponer duras sanciones al fabricante chino
El gigante asiático está levantando su primera fábrica en Europa, pero los rumores de una posible financiación por parte del Gobierno chino han puesto a Bruselas en alerta. BYD podría ser penalizada si se demuestran las acusaciones.

BYD tiene muy claro que este es su momento. Los chinos saben que Europa puede convertirse en un mercado eléctrico prioritario y quieren aprovechar la ventana que se ha abierto. El Viejo Continente está considerado como el mercado más exigente y competitivo del mundo. Llegar los primeros y hacerlo en masa puede suponer una gran ventaja para el futuro. Bruselas trata de frenar su expansión con nuevos aranceles que BYD quiere saltarse con la construcción de su primera fábrica en la región. Una fábrica que ahora está en el centro de todas las sospechas por supuestamente estar subvencionada.
A finales del año pasado Europa activó los nuevos aranceles a la exportación de coches eléctricos procedentes de China. Las marcas que produzcan sus coches en el lejano oriente, incluidas las no chinas, tienen que pagar impuestos adicionales por cada uno de sus coches eléctricos que cruce la frontera de espacio europeo. Si bien BYD no es la más perjudicada en porcentajes, sí que lo es en volumen de mercado. La compañía ya es la principal vendedora de coches eléctricos chinos en la región. Para ellos resulta esencial mantener los costes bajos y eso pasa por ahorrarse los aranceles.

La mejor forma para evitar pagar impuestos especiales es derivar a Europa parte de la producción y eso es lo que van a hacer. Hace más de un año que se hicieron públicos los planes para construir en Hungría la primera fábrica de BYD en el continente. Una factoría que evoluciona rápidamente y que, se espera, esté operativa a finales de este mismo año. Los primeros coches fabricados en Hungría podrían llegar al mercado con los primeros compases del próximo año. Coches que no se verán perjudicados por los aranceles al tener el sello Made in Europe. BYD considera este paso estratégicamente fundamental para sus intereses de conquista.
Manteniendo los costes a ralla pueden mantener los precios competitivos, más que sus más inmediatos rivales europeos. Sin embargo, tal y como informan medios americanos, citando a personas familiarizadas con el asunto, la Comisión Europea se encuentra en las etapas preliminares de una investigación sobre subsidios extranjeros de la ya mencionada fábrica húngara. Es decir, Bruselas sospecha que parte del coste de la construcción de la factoría de BYD está siendo asumido por el Gobierno de Xi Jinping como una posible maniobra de desestabilización de la industria europea. Un enrevesado proceso que podría finalizar con duras sanciones para la compañía.

El Gobierno chino podría estar ayudando a BYD a reducir el precio de la fábrica, lo que a su vez permitiría a la marca a mantener los precios de sus coches mucho más bajos de lo habitual. Esto supondría una clara maniobra de ventaja industrial a favor de los chinos, lo que atentaría contra la libre competencia. Si Bruselas descubre que la compañía china se ha beneficiado de ayuda estatal injusta, podría obligarla a vender algunos activos, reducir su capacidad de producción, devolver el subsidio y potencialmente pagar una multa por incumplimiento, agregó el informe.
Fuente: Financial Times
