Europa negocia un acuerdo para reducir los aranceles a dos marcas europeas que fabrican sus coches en China
La subida en los aranceles a los vehículos importados de China ha puesto en jaque a varias marcas europeas que, atraídas por los bajos costes, derivaron su producción a Oriente. Se baraja un acuerdo para ellas.
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Publicado: 19/07/2024 08:00
La industria del automóvil en Europa está en peligro. La llegada de la movilidad eléctrica, acompañada de numerosas marcas nuevas, ha desatado el miedo entre los políticos. Bruselas busca por todos los medios minimizar el desembarco de modelos procedentes de China. Los clientes europeos son seducidos por precios atractivos y productos de buena relación calidad-precio. Los nuevos aranceles tratan de poner freno, pero estos también afectan a empresas europeas que han derivado a Oriente la producción. MINI y CUPRA son las más perjudicadas, por el momento.
El pasado 4 de julio quedó activada la nueva política arancelaria europea. Todo vehículo producido en China se enfrenta a un endurecimiento en las tasas aduaneras, entre un 27,4 y un 47,6%. El Grupo SAIC, propietario de MG, ha sido el más penalizado al no haber participado en la investigación promovida desde el Parlamento Europeo. Otras compañías como BYD, que si colaboraron con los emisarios europeos se enfrentan a las tasas más bajas. BMW/MINI y Volkswagen/CUPRA se engloban dentro del grupo de los más perjudicados, pero se ven mucho más afectados al acortarse peligrosamente su margen de beneficios.
MINI ya prepara su fábrica inglesa para producir coches eléctricos
Hace ya unos años que BMW, propietaria de MINI y Volkswagen tomaron la decisión de derivar a China parte de la producción de sus coches. CUPRA produce actualmente el nuevo Tavascan exclusivamente en Asia para posteriormente devolverlo a Europa. La maniobra de MINI es idéntica, aunque en este caso se centra en modelos eléctricos importantes como el MINI Cooper SE o el más reciente MINI Aceman. Alemania se ha opuesto a los nuevos aranceles, pero su presión no ha tenido respaldo por parte de otros países. Ahora se negocia un acuerdo para reducir las tasas.
Diversos estudios demuestran que las marcas chinas son mucho menos sensibles a la subida de impuestos. Fabricantes como BYD consiguen pingües beneficios con cada unidad matriculada en Europa, mucho más que en China. El aumento de las tasas reduce su margen de ganancias, pero siguen ganando mucho con cada venta, algo que no pueden decir los fabricantes europeos. MINI y CUPRA ajustan al máximo las ganancias y el hecho de tener que pagar más al llegar a puertos europeos puede causar estragos en los balances. De hecho, podrían hasta perder dinero por cada vehículo nuevo que sale del concesionario.
Fuentes del entorno de Europa reconocen que políticos y empresas están buscando una solución. Si bien no se contempla la erradicación de las tasas, sí que se abre la posibilidad a una reducción. BMW lleva semanas en la mesa de negociación, a la que recientemente se han sumado Volkswagen y Tesla. Los americanos ha tenido que aumentar los precios de sus coches para compensar. Volkswagen todavía no ha tomado ninguna medida. Los europeos temen que China tome represalias contra sus coches. El año pasado, los fabricantes alemanes obtuvieron de China un tercio de sus ingresos totales. Hay mucho dinero en juego.
Bruselas tiene hasta otoño, hasta noviembre, para tomar una decisión. La propuesta es reducir al mínimo las tasas actuales que pesan sobre MINI y CUPRA. Pasar del tramo superior al tramo inferior sería suficiente para dejar margen de maniobra a las marcas. La Comisión Europea está abierta al debate y a la negociación, pero lo que buscan es que ambas compañías devuelvan a Europa la producción perdida. BMW lo hará, pero tardará. La planta de MINI en Oxford ya se está preparando para los eléctricos, aunque no se iniciará la producción hasta 2026.
Fuente: Automotive News Europe