Europa pretendía conquistar el mercado chino de coches eléctricos, pero estos números dicen que será al revés
No hace mucho, los fabricantes europeos -y estadounidenses- de automóviles eléctricos iniciaron una estrategia de conquista del mercado chino, pero la realidad está siendo bien distinta. No sólo eso, además los fabricantes chinos comienzan a desembarcar en Europa.
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Publicado: 09/11/2022 13:00
Lynk & Co, Aiways, NIO, Geely, DFSK, JAC, Maxus, Hongqi... son muchas las marcas de automóviles procedentes de China que han puesto sus ojos en el mercado europeo. Hasta hace no demasiado, el coche chino era sinónimo de copia de mala calidad de los vehículos europeos y estadounidenses. Sin embargo, como ha ocurrido en otros mercados, esto ha cambiado mucho en poco tiempo.
Actualmente, las marcas chinas de automóviles ofrecen productos más que interesantes a todo los niveles, generalmente a precios bastante competitivos. Y Europa es el siguiente paso para una industria con la que comenzaron a competir hace unos años los fabricantes del Viejo Continente en su propia casa.
Más de 1,5 millones de BEV se vendieron en China en el tercer trimestre de 2022, lo que representa un aumento del 94 %
La aventura china está teniendo resultados dispares para los fabricantes europeos y estadounidenses que han apostado por un mercado exageradamente grande y potencialmente rentable. Mientras Volkswagen basa algo menos de la mitad de sus ventas globales en el país asiáticos, otras como DS o Citroën se han dado de bruces con un mercado más complicado de lo que esperaban. A Jeep, por su parte, las cosas tampoco le van bien e incluso valoran su salida de China.
Vienen los chinos, concretamente 800.000 vehículos
Que Europa se acabe asentando en el mercado chino de coches eléctricos está aún por ver, pero lo que sí es una realidad es que China se ha convertido en la base de muchas marcas continentales, ya que ofrece un entorno muy favorable para la fabricación del componente estrella del mercado automotriz actual: el coche eléctrico.
China es líder mundial en procesado de materias primas y producción de baterías, por lo que cada vez son más los coches europeos que se fabrican en el país asiático. Esto, unido al desembarco de sus marcas en Europa, hará que en 2025 lleguen nada menos que 800.000 vehículos procedentes de China.
Así lo afirma un reciente estudio de PwC Networks, en el que se analiza el auge del coche eléctrico y la influencia de China en dicho panorama, tanto presente como futuro.
Así está creciendo el coche eléctrico
Según datos proporcionados por el informe de Price Waterhouse Coopers, las ventas globales de vehículos eléctricos con batería (BEV) alcanzaron la marca de los 2 millones por primera vez en el tercer trimestre de 2022, con un crecimiento del 75 % en comparación con el período correspondiente del año pasado.
Gran parte de ese aumento se puede atribuir a China, donde el mercado BEV continuó expandiéndose a una velocidad vertiginosa. Y es que más de 1,5 millones de BEV se vendieron allí en el tercer trimestre de 2022, lo que representa un aumento del 94 % en comparación con el mismo periodo del año pasado.
El crecimiento rápido y constante en un mercado tan grande ha cimentado inevitablemente la posición de los BEV de China en el escenario mundial. En el año 2020, poco más de la mitad del número total de BEV vendidos en todos los mercados analizados se vendieron en China.
Pero en el tercer trimestre de 2022, esa cifra había aumentado al 73 %. Entusiasmados con este éxito y equipados con toda la experiencia en BEV que han desarrollado en casa, los fabricantes chinos ahora buscan consolidar su punto de apoyo en Europa.
Según el informe de PwC, ya se espera un superávit de importación para Europa en las ventas de automóviles para 2024. La razón de esto es, entre otras cosas, la reubicación de la producción de BEV por parte de los fabricantes europeos y estadounidenses a China. A consecuencia de todo ello, para 2025 ya podrían venderse en Europa 800.000 coches de producción china.
Ahora queda ver cómo afectará esta nueva tendencia a la industria automotriz europea, especialmente a nivel de producción y empleos, así como si esta nueva nivelación en la balanza permite amortiguar la recesión que sufre el automóvil en su conjunto.