Europa pide a los fabricantes que sigan produciendo coches de gasolina y diésel
El Comisario de Mercado Interior de la Unión Europea ha instado a los fabricantes de automóviles a mantener la producción de coches de gasolina y diésel a medida que se acelera el proceso de transición a la movilidad 100% eléctrica. Thierry Breton asegura que mantener vivo el coche térmico es clave para generar empleos de calidad y mantener una fuerza exportadora.
3 min. lectura
Publicado: 07/11/2022 13:15
Europa ha establecido una clara hoja de ruta. El coche de gasolina y diésel tiene los días contados. En el año 2035, si nadie lo remedia, se materializará la muerte del motor de combustión interna al permitir solo la venta de coches nuevos eléctricos y/o de pila de combustible de hidrógeno. Sin embargo, las recientes declaraciones de un alto cargo de la Unión Europea han generado controversia al instar directamente a los fabricantes a mantener la producción de coches térmicos.
Thierry Breton, Comisario de Mercado Interno de la Unión Europea, ha pedido a los fabricantes de automóviles que sigan produciendo vehículos con motores de combustión interna. Breton hace especial hincapié en la necesidad de seguir fabricando coches térmicos para salvaguardar la capacidad exportadora europea y seguir generando empleos de calidad.
Impulsar el coche eléctrico sin renunciar al motor térmico
El proceso de cambio al coche eléctrico en el que se encuentra inmersa la industria automotriz europea plantea riesgos para el empleo y los vehículos asequibles, ha comentado Breton. Es por ello que ha instado a los fabricantes a no abandonar el coche térmico.
«Respeto el hecho de que algunos estén decidiendo acelerar hacia una oferta 100% eléctrica, pero también animo a los fabricantes a seguir produciendo coches de combustión interna, generar empleos de calidad y seguir siendo una fuerza exportadora», comentó Breton en una entrevista concedida a un medio francés.
Los comentarios realizados por Breton se hacen eco de las preocupaciones planteadas por algunos de los colosos de la industria automotriz europea. Más concretamente Stellantis y el Grupo Volkswagen. Han advertido de que el mercado colapsará si la industria no puede reducir los costes de los vehículos eléctricos de batería.
Hasta 600.000 puestos de trabajo en peligro
La transición a la movilidad sostenible pone en el punto de mira hasta 600.000 puestos de trabajo. Unos puestos de trabajo que, según Breton, corren serio peligro. También ha instado a incorporar una cláusula que permita, llegado el momento, retrasar la fatídica fecha límite de 2035. De igual manera ha comentado que se creará un grupo de trabajo que incluirá a fabricantes de automóviles. Unas reuniones periódicas de cara a 2026.