Europa votaba hoy sobre los aranceles a los coches eléctricos chinos. El resultado certifica una importante división
La Unión Europea se muestra dividida en la votación sobre los aranceles a los coches eléctricos chinos. Con una mayoría de abstenciones, la decisión final queda en manos de la Comisión Europea, que defiende firmemente los recargos para proteger el mercado.
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Publicado: 04/10/2024 12:15
Hoy, la Unión Europea (UE) se ha enfrentado a una votación clave sobre la imposición de aranceles a los coches eléctricos chinos, una medida propuesta por la Comisión Europea en respuesta a los subsidios masivos otorgados por el gobierno de China a su industria automovilística.
Estos subsidios, según Bruselas, están generando una competencia desleal que amenaza la industria europea del automóvil, al inundar el mercado con vehículos a precios artificialmente bajos.
«La UE y China siguen trabajando duro para explorar una solución alternativa»
Sin embargo, la votación ha demostrado que la Unión Europea está profundamente dividida sobre este tema. Aunque no se ha logrado una mayoría cualificada en contra de la medida —15 estados miembros que representen al 65 % de la población europea— tampoco se ha alcanzado un consenso claro.
Esto ha dejado la decisión final en manos de la Comisión Europea, que tiene la última palabra en cuestiones comerciales.
Un resultado ambiguo: ni victoria ni derrota
De los 27 países miembros, 10 se han posicionado a favor del aumento de los aranceles, mientras que cinco lo han rechazado. Pero lo más revelador ha sido que la mayoría (12 países, incluida España) ha optado por la abstención, lo que evidencia una falta de acuerdo entre los gobiernos europeos.
Esta división ha impedido que se bloquee formalmente la propuesta de Bruselas, que ahora se encargará de tomar una decisión definitiva.
La Comisión Europea ya ha dejado claro su firme apoyo a los aranceles, al considerarlos una medida necesaria para proteger el mercado comunitario.
«La propuesta de la Comisión Europea de imponer derechos compensatorios definitivos a las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China ha obtenido el apoyo necesario de los estados miembros para la adopción de aranceles», afirma el comunicado emitido tras la votación.
La posición de España y la presión de China
España, siguiendo la línea que había marcado el presidente Pedro Sánchez en su reciente viaje a China, se ha abstenido en la votación.
Esta decisión se interpreta como un intento de evitar una guerra comercial con el gigante asiático, un país que representa una importante oportunidad para la economía española, especialmente en términos de inversión y proyectos industriales.
Según el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, la abstención española responde a la necesidad de priorizar la negociación con Pekín, tal como quedó expresado en una carta dirigida al vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
Esta postura, sin embargo, no ha sido bien recibida en Bruselas. Algunos han criticado a Sánchez por debilitar la posición negociadora de la UE, especialmente en un momento en el que la relación con China es tan delicada. También ha causado malestar entre otros líderes europeos, como el alemán Olaf Scholz, que previamente ya había manifestado su rechazo a los aranceles.
La abstención española, junto con la posición de Alemania, ha sido vista como un intento de proteger los intereses económicos nacionales frente a una medida que podría endurecer las relaciones comerciales con China.
El futuro de la medida, en manos de la Comisión Europea
A pesar de la división entre los estados miembros, la Comisión Europea tiene ahora la responsabilidad de tomar una decisión definitiva.
Si bien Bruselas ha mostrado disposición a negociar con China, también ha dejado claro que los aranceles son una medida reversible en caso de que se logre un acuerdo satisfactorio con el gobierno chino.
De hecho, la votación de hoy podría interpretarse como una estrategia para aumentar la presión sobre Pekín, que hasta ahora no ha hecho propuestas que sean consideradas aceptables por la UE.
La Comisión subraya que cualquier solución debe ser compatible con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y debe garantizar que las prácticas comerciales desleales sean supervisadas y corregidas.
«La UE y China siguen trabajando duro para explorar una solución alternativa», reiteró el comunicado de Bruselas, dejando la puerta abierta a futuras negociaciones.
El resultado de la votación de hoy certifica una importante división en el seno de la Unión Europea respecto a los aranceles a los coches eléctricos chinos. La falta de consenso entre los países miembros no ha logrado frenar la medida, pero tampoco ha dado luz verde definitiva a los aranceles.
Ahora, la pelota está en el tejado de la Comisión Europea, que deberá decidir cómo proteger a la industria europea sin desencadenar una guerra comercial con China.