Exclusiva: Renault trabaja en un nuevo motor micro-híbrido

Imagen en detalle de la nueva mecánica.

Estas son las primeras imágenes en exclusiva de la mula que la marca francesa está empleando para desarrollar su nueva versión micro-híbrida, que podría tener cabida en la nueva generación del Renault Clio. Esta ha sido avistada por nuestros fotógrafos, que teleobjetivo en mano, han podido asomarse bajo el capó del ejemplar, dejando sus secretos al descubierto.

A simple vista nos encontramos con lo que parece un ejemplar más de la actual generación del utilitario de Renault, sin embargo, la extraña combinación de carrocería negro mate con espejos rojos y paragolpes blancos ya delata que nos encontramos ante una unidad bien distinta, y tras lograr cazarlo con el capó abierto, queda claro que estamos ante una unidad muy especial.

Aunque a simple vista el vano motor parece estar ocupado por una mecánica diésel, lo cierto es que este Clio cuenta con un bloque alimentado por gasolina, aunque está equipado con una bomba de alta presión -muy similar a las empleadas en los diésel- que cuenta con uno de los tres cuerpos desconectables para regular la presión de la inyección.

A nivel exterior no encontramos nada que lo delate.

En el vano motor se aprecian varios sensores de medición de presión y temperatura en las zonas de admisión, cabeza y colector de escape, así como una batería de evidente gran tamaño, con dos unidades de control adosadas. Por lo que parece estamos ante un nuevo motor de baja cilindrada dotado de un sistema de micro-hibridación.

Renault ya cuenta con una opción de este tipo, pero solo lo encontramos en la gama Scénic y en un bloque diésel, el dCi de 1.5 litros de 110 CV. Este motor presume de una cifra de conconsumo medio de solo 3,9 litros cada 100 kms y unas exiguas emisiones de CO2 de 39 gramos por kilómetro.

La mecánica que está testando la marca francesa en esta mula debería tener cabida en la próxima generación del Renault Clio. En este caso, el nuevo bloque gasolina micro-híbrido aportaría unos 20 caballos más a la vez que reduciría el consumo entre un 10 y un 15 por ciento, así como las emisiones de CO2, costando unos 1.000 euros por vehículo al fabricante galo.