Por qué Europa se precipita al prohibir los coches gasolina y diésel en 2035
ACEA, la asociación que engloba a los 16 principales fabricantes automotrices que operan en Europa, celebra que las medidas de descarbonización del automóvil no se hayan endurecido, aunque mantiene su preocupación por el proceso aprobado en el Parlamento Europeo.
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Publicado: 09/06/2022 10:00
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha reaccionado a la votación que en la tarde del miércoles se celebró en la Eurocámara y que confirmó que los planes para prohibir los coches nuevos con cualquier tipo de motor de combustión en 2035 siguen adelante.
Este organismo representa a BMW Group, DAF Trucks, Daimler Truck, Ferrari, Ford of Europe, Honda Motor Europe, Hyundai Motor Europe, Iveco Group, Jaguar Land Rover, Mercedes-Benz, Renault Group, Stellantis, Toyota Motor Europe, Volkswagen Group, Volvo Cars y Volvo Group.
«Dada la volatilidad y la incertidumbre que experimentamos a nivel mundial, cualquier regulación a largo plazo que vaya más allá de esta década es prematura»
Y, en un comunicado oficial, ACEA acoge con satisfacción que el Parlamento haya mantenido la propuesta de la Comisión Europea de objetivos para 2025 y 2030. «Estos objetivos ya son extremadamente desafiantes y sólo se pueden lograr con un aumento masivo en la infraestructura de carga y reabastecimiento de combustible», advierte la asociación.
Sin embargo, dado que la transformación del sector depende de muchos factores externos que no están del todo en sus manos, a ACEA le preocupa que los eurodiputados hayan votado para fijar un objetivo de reducción del 100% de dióxido de carbono (CO₂) para 2035.
«La industria del automóvil contribuirá plenamente al objetivo de una Europa neutra en carbono en 2050», afirma Oliver Zipse, presidente de ACEA y director ejecutivo de BMW. «Nuestra industria se encuentra en medio de un gran impulso hacia los vehículos eléctricos, con nuevos modelos que llegan constantemente. Estos satisfacen las demandas de los clientes y están impulsando la transición hacia la movilidad sostenible».
«Pero dada la volatilidad y la incertidumbre que experimentamos a nivel mundial día a día, cualquier regulación a largo plazo que vaya más allá de esta década es prematura en esta etapa inicial. En cambio, es necesaria una revisión transparente a mitad de camino para definir los objetivos posteriores a 2030», amplía el dirigente alemán.
«Dicha revisión tendrá que evaluar, en primer lugar, si el despliegue de la infraestructura de carga y la disponibilidad de materias primas para la producción de baterías podrán igualar el aumento continuo y pronunciado de los vehículos eléctricos de batería en ese momento», alerta ACEA en boca de Zipse.
El comunicado de ACEA incide en que en este momento también es esencial cumplir con el resto de las condiciones necesarias para hacer posible las emisiones cero. Por lo tanto, «ACEA hace un llamamiento a los tomadores de decisiones para que adopten los diferentes elementos de 'Fit for 55', en particular los objetivos de CO₂ y el Reglamento de Infraestructura de Combustibles Alternativos (AFIR), como un paquete coherente».
ACEA evalúa el plan de descarbonización de la industria automotriz
Ya el pasado mes de enero, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles emitió sus conclusiones en relación al plan de actuación asociado al programa ‘Fit for 55’, en el que se engloban las medidas relacionadas con la automoción. Fueron los siguientes:
2025: ACEA acoge con satisfacción la propuesta de dejar sin cambios los objetivos para 2025. Cualquier cambio no dejaría suficiente tiempo para adaptarse debido a los ciclos de desarrollo y producción de un vehículo.
2028: ACEA pide una revisión intermedia mucho más sólida, con una clara garantía de que habrá suficiente infraestructura (vinculada a AFIR y EPBD). 2028 sería el mejor momento para establecer un objetivo a largo plazo.
2030: un objetivo de -55 % de CO₂ para automóviles (en comparación con la referencia de 2021) es muy desafiante. Sólo sería posible con un aumento masivo de la infraestructura para llegar a un total de unos 7 millones de cargadores.
Con el objetivo de sólo 3,9 millones de cargadores, la propuesta actual de AFIR está muy por debajo de este nivel de ambición. ¡Su rigor debe ser aumentado!
El objetivo del -50% para furgonetas también es extremadamente exigente, rozando la irrealidad, especialmente en combinación con otras medidas como el cambio de pendiente de la curva límite.
Un objetivo ambicioso para 2030 acelerará la transformación estructural de la cadena de valor automotriz. Requerirá una gestión cuidadosa de la fuerza laboral y un plan de «Transición Justa» para la reconversión profesional.
Debe mantenerse la excepción existente para los pequeños fabricantes en el Reglamento 2019/631, ya que estos vehículos sólo representan el 0,2 % de la flota total.
2035: se debe establecer un objetivo para 2035 como parte de la revisión de 2028. Ahora es demasiado pronto para fijar un objetivo de reducción de CO₂ del 100%, que esencialmente es una prohibición del motor de combustión interna, en un momento en que todavía hay demasiadas preguntas abiertas:
¿Cómo se desarrollará el despliegue de la infraestructura y la aceptación del consumidor en los próximos años? ¿Qué tipo de tecnologías revolucionarias llegarán al mercado de aquí a 2035?
2050: los fabricantes de vehículos de motor están totalmente comprometidos a reducir las emisiones de CO₂ a cero, apoyando el objetivo de Europa de alcanzar la neutralidad climática para 2050.
Fuente: ACEAFotos: Freepik