Fabricantes grandes y pequeños se enfrentan a puntos de inflexión, y no todos sobreviven

Una vez más, vienen malos tiempos para el automóvil, y eso implicará que los más débiles desaparezcan o pasen a formar parte de otro más fuerte. Es la pura selección natural. La nueva crisis económica servirá para hacer una limpieza, como en todas las anteriores.

Fabricantes grandes y pequeños se enfrentan a puntos de inflexión, y no todos sobreviven
Fábrica de Longbridge (MG Rover) cuando cerró operaciones

7 min. lectura

Publicado: 14/07/2022 23:00

Todo aquel que conozca la historia del automóvil sabrá que desde su fundación a la actualidad, para nadie ha habido caminos de rosas y falta de problemas. Todos los fabricantes han tenido que afrontar crisis y momentos en los que los contables estaban muertos de miedo, y como resultó evidente, la mayoría se quedaron en el camino.

Actualmente el número de fabricantes es relativamente pequeño, y el mercado está dominado por muy pocas empresas, algunas de ellas acumulan varios fabricantes que en su día fueron independientes, siendo Stellantis el caso más paradigmático. Conviven con una serie de empresas de nueva hornada que han venido a cambiar las cosas. Nada nuevo en otras épocas, ojo.

El advenimiento de una nueva crisis económica, que empezó a arrancar coincidiendo con la pandemia de COVID, arrasará cual tsunami a tirios y troyanos, grandes y pequeños, y alguno se va a quedar por el camino. Ya hemos visto a algún pez pequeño caer, como el alemán ACM o el americano Electric Last Mile Solutions. Más de uno está poniendo sus barbas en remojo mientras pelan las de sus vecinos.

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Lucid Air, uno de los mejores coches eléctricos del mundo

En un reciente artículo comprobamos cómo el dinero de los inversores está escapando de negocios de alto riesgo, y compañías del automóvil han tenido enormes fugas de capital. Ha afectado más a las que estaban construidas sobre castillos de arena, poco negocio real y poca solidez, a los grandes esto les hace daño, pero no les pone en tamaño peligro.

Las expectativas no dan de comer, pero ayudan a inflar valoraciones

Estamos viendo en los últimos meses unos movimientos que son un poco preocupantes. Tesla abrió la veda con las preocupaciones por un mal presentimiento sobre lo que se viene, y empezaron los despidos de personal no imprescindible. Rivian también va a soltar lastre, lo mismo que la británica Arrival. Tienen que apretarse el cinturón.

Las compañías sin el suficiente músculo financiero y apoyos van a tenerlo mucho más difícil. Los que tienen detrás de ellos a primos de Zumosol, como Rivian (participada por Amazon y principal cliente de sus vehículos) o Lucid (respaldado por el dineral de los saudíes) estarán mucho mejor que los que hacen equilibrismo sobre palillos mondadientes. Caso de Lordstown o de fabricantes pequeños sin un negocio sólido.

Primeras unidades del Tesla Model Y fabricadas en serie en Alemania

Los problemas a los que hacer frente son muchos, y no es precisamente un problema de falta de demanda que haga sus negocios inviables. Al revés, la demanda de vehículos eléctricos -los que tienen más futuro- no para de subir, hay tarta para todos, pero el principal problema es no dar abasto en la fabricación, no lo que pasaba hace años: que no había clientes para el producto.

La tremenda presión que han provocado los proveedores de componentes y materias primas están poniendo a los contables contra las cuerdas. Se acabó eso de prometer un vehículo a varios años vista y mantener el mismo precio que se anunció al principio. Eso ya no funciona, el contexto económico e industrial es muy inestable, todo es mucho más cortoplacista e inmediato.

Algunos daban por muertos a los fabricantes tradicionales por dejarse adelantar, pero pueden y van a reaccionar porque tiene una base mucho más sólida. Por ejemplo, Volkswagen tiene una facilidad para quemar camiones de billetes en desarrollo que un emergente no tiene endeudándose con todos los bancos del planeta. Es un ejemplo contundente, pero es que es así.

Planes de producto de la start-up Arrival

La subida de los tipos de interés de los bancos centrales están poniendo fin a una época en la que fue fácil endeudarse, había euforia por muchas cosas nuevas y fluía el dinero sin problemas. Ahora la situación es otra, y va a seguir empeorando, así que se diferenciarán los fabricantes como las casas del cuento de los tres cerditos: las habrá de paja, de madera, y de ladrillo.

Veremos caer a más de un fabricante, seguramente más pequeños que grandes, porque estos últimos tienen el músculo industrial y financiero que los demás no tienen... Llegarán tarde a la revolución eléctrica, pero lo harán de forma mucho más sólida. Tesla es Tesla, y es más excepción que norma.

En cada crisis siempre hay algún fabricante que se va al cuerno, suspende pagos o es engullido por un pez más grande. A lo largo de la historia la lista es interminable: Citroën, Bentley, General Motors, Lancia, Saab, etc. Y los que sobrevivan al próximo tsunami, saldrán más fuertes, aunque vendan mucho menos, la clave es qué cifras económicas obtengan.

Este artículo trata sobre...

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