Los fabricantes, agobiados por las grandes multas de los límites en las emisiones de CO2
Casi estamos en la mitad del año y los fabricantes ya están poniéndose muy nerviosos. Cierto es que la situación del coronavirus no ayuda en absoluto, pero el silencio de la Unión Europea respecto de la moratoria pedida para cumplir con los nuevos límites de emisiones de CO2 agrava la situación. Las grandes sanciones previstas cada vez sobrevuelan más cerca a las marcas.
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Publicado: 17/05/2020 16:00
La pandemia del coronavirus ha paralizado todos los mercados mundiales haciendo una gran mella en los fabricantes europeos, que se han visto obligados a parar la producción, trayendo también una gran crisis económica. Mientras, los fabricantes siguen invirtiendo en dispositivos y tecnologías para bajar sus niveles de emisiones de CO2 y evitar las grandes multas propuestas.
Los fabricantes saben que la situación es tan difícil como imposible de cumplir, por lo que decidieron pedir una moratoria a la Unión Europea para retrasar la entrada en vigor de la exigente normativa, teniendo en cuenta la situación. A día de hoy, el organismo competente del gobierno europeo no se ha manifestado.
De hecho, este silencio administrativo confirma lo que muchos observadores del mercado interpretan: no hay vuelta atrás a la decisión acordada en 2013 por los países europeos, de que los nuevos modelos registrados en 2021 en la Unión Europea tenían que emitir un promedio de 95 g/km de CO2, lo que equivale a unos consumos medios de gasolina de 4,1 l/100 km y 3,6 l/100 km de diésel.
Cabe recordar que las emisiones de CO2 de la flota que afecta a los turismos se recortarán en dos niveles, comparando con los valores de 2021. La reducción de las cifras promedio de la gama en 2030 será de hasta un 37,5 por ciento en el caso de los turismos y de un 31 por ciento en el caso de los comerciales ligeros, con un paso intermedio previsto para 2025 de éstos últimos que supondrá el 15 por ciento.
Esta es la norma para la gran mayoría de las marcas de coches, las de volumen, si bien las más lujosas y exclusivas se rigen por el peso promedio de la gama como requisito para reducir las emisiones.
Los fabricantes europeos apuntan que el límite en las emisiones promedio es el más exigente en todo el mundo. Y lo es, porque en Estados Unidos es de 121 g/km, en China de 117 y en Japón, de 105 g/km.
Y, no digamos la multa, nada menos que 95 Euros por cada gramo extra que sobrepase el límite. Las marcas de volumen consideran sentirse agraviadas comparativamente con las más lujosas por la cuestión del peso. La única forma de rebajar las cifras pasa por el lanzamiento de eléctricos, ya que cuentan dobles como también los híbridos enchufables con menos de 50 g/km, pero tampoco es posible por el tiempo de desarrollo y la elevada inversión que conlleva.
Un estudio de la consultora PA Consulting concluye que, a pesar de que los fabricantes se han visto obligados a trazar nuevos planes estratégicos, no se librarán los fabricantes de pasar por la caja de la Unión Europea enfrentándose a grandes sanciones. Y es que Europa exige cumplir con lo acordado, frente a las verdaderas necesidades de la industria, esta vez, justificadas. Al menos, a día de hoy.