La curiosa historia detrás del Ferrari 365 GTS/4 Daytona Spyder de "Miami Vice"
Cuando uno cierra los ojos y piensa en la serie de los ochenta, "Miami Vice", recuerda dos tipos trajeados a los mandos de un Ferrari Testarossa blanco. Pero realmente la historia empieza sobre otro coche, un Ferrari 365 GTS/4 Daytona Spyder negro de 1972. Así fue como la magia de Hollywood convirtió un Chevrolet Corvette en todo un deportivo italiano.
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Publicado: 25/04/2020 15:00
James "Sonny" Crockett (interpretado por Don Johnson) y Ricardo "Rico" Tubbs (Philip Michael Thomas) son dos de los personajes más famosos si te gustan las series policíacas de los años 80. Absténganse los millenials pero, ¿quién no recuerda la serie "Miami Vice" (la peli no, gracias), titulada en España como "Corrupción en Miami"?
Dos detectives de narcóticos/antivicio que trabajan de incógnito, vestidos por Armani, y que conducen nada menos que un Ferrari 365 y luego un Ferrari Testarossa. ¿En serio? ¿En serio nadie piensa que aquí hay gato encerrado? Al menos por parte de Crockett, porque "Rico" se conformaba con un sencillo Cadillac Coupé Deville convertible de 1964.
Bueno, realmente hay una explicación a todo esto. Crockett se hizo con el Ferrari 365 GTS/4 Daytona Spyder de uno de sus confidentes, Tommy, que era mecánico y amante de los buenos deportivos. Teóricamente iba a ser subastado para conseguir fondos para el departamento, pero el rubio intérprete se las arregló para recuperarlo y usarlo como coche personal.
O al menos eso fue hasta que saltó por los aires en uno de los episodios, golpeado nada menos que por un misil Stinger (cazacarros). Fue durante una compra de armas en la que el vendedor, Eddie Kaye, uso el Ferrari como objetivo fortuito. Pero sorprendentemente reapareció seis episodios después. Realmente fue debido a que ese episodio debía haberse emitido antes pero, ¡a quién le importaba!
Lo curioso de todo esto es la historia real detrás del Ferrari 365 GTS/4 Daytona Spyder de 1972. Os hablamos tímidamente de ellos cuando os desgranamos los secretos del Testarossa blanco, pero es justo profundizar en el coche que apareció en las dos primeras temporadas.
Cuando la serie se empezó a preparar, Ferrari North America rechazó la petición de la productora de ceder dos coches italianos. Debido a ello, y a que hacerse con dos Daytona auténticos suponía gastarse entre 100.000 y 200.000 dólares de la época por cada uno (sin contar mantenimiento), decidieron construir réplicas de ellos.
Usaron como base un Chevrolet Corvette C3 de 1976 (conocido como Car One) y otro C3 pero de 1981 (Car Four). Ambos coches compartían motor (350 V8 o 5.7 V8) con 350 CV y una caja de cambios automática de tres velocidades. Los dos coches pertenecían a Al Mardekian, quien primero se los alquiló y luego se los vendió a la productora para luego ser carrozados mediante paneles de fibra de vidrio hechos a medida por Tom McBurnie. Scott Draizin, de Headsup Industries, fue el encargado de fabricar el interior de cuero marrón y negro junto a la capota.
McBurnie utilizó el Car One para diseñar los paneles, pero resulta que ese coche había sufrido un golpe y estaba descuadrado, lo que derivó en no pocos problemas a la hora de encajar todas las partes en ambos coches.
La canción de apertura (opening) fue versionada por el grupo gallego "Siniestro Total" en el disco "Ante todo, mucha calma"
En el episodio piloto se utilizó un Ferrari 365 GTS/4 Daytona Spyder auténtico propiedad del Dr. Roger Sherman, el cual iba montado en un camión de plataforma plana para realizar el rodaje. A partir de ese momento, hicieron aparición ambas réplicas, una de las cuales se utilizaba para los primeros planos y otra para las escenas de acción y persecuciones.
Las primeras réplicas estaban bastante mal hechas y se notaba a kilómetros que no era un Ferrari 365 auténtico. Pero a medida que avanzaba la serie se fueron mejorando y acercando más a la realidad. Eso sí, lo que nunca se cambiaron fueron los asientos originales de Chevrolet que, a pesar de estar tapizados, tenían el respaldo y el reposacabezas unido, mientras que los originales del Daytona estaban separados y presentan formas curvas.
Las diferencias más notables estaban en el frontal donde la nariz de plexiglás y los tornillos que la sujetaban no coincidían. Esto cambió para la segunda temporada, con un frontal más real, en el que también se reubicaron las insignias Ferrari a su lugar correcto. Otro cambio fue igualar las dos réplicas porque, aunque no lo creáis, uno contaba con el marco del parabrisas cromado (Car One), mientras que el otro era negro.
Detalles que no se modificaron fueron las manillas de las puertas. En el original están situadas en la parte superior, con la cerradura a media puerta. En las réplicas, se ubican en los laterales y llevan incorporada la cerradura. También hay diferencias notables en los pasos de ruedas traseros y en la forma de la tapa del maletero.
La serie cosechó tanto éxito a nivel mundial que llegó a oídos del commendatore, Enzo Ferrari. Conociendo la mala leche que gastaba, dicen que se indignó al ver la fama que estaba consiguiendo un coche que ni tan siquiera era un Ferrari sino una burda imitación yankee (menos mal que no era un Ford). Por ello les ofreció la cesión de dos Testarossa nuevos, pero con la condición de que los otros debían desaparecer.
En ese momento Carl Roberts estaba construyendo una tercera unidad (los otros dos ya acusaban desgastes por el rodaje), así que se canceló el proyecto y a partir de ese momento entendemos que Crockett hizo un negocio lucrativo para hacerse con un Ferrari Blanco.
Los rumores dicen que uno de los Daytona falso fue destruido (se habla incluso de que fue el que explotó en el capítulo que os comentamos), pero realmente esto no fue así. Lo que explotó fue simplemente una maqueta.
Fue Carl Roberts quien se quedó con los dos coches con el fin de vender sus propios kits de fibra de vidrio para convertir coches americanos en réplicas de Ferrari Daytona y Testarossa. De hecho, él fue el encargado de hacer una réplica de este último para las escenas de mayor riesgo.
El Car Four se vendió en 1986, luego de nuevo en 1988 y desde entonces pertenece a un entusiasta de los Corvette que vive en Georgia que lo guarda en su colección privada. El otro coche (Car One) se pensaba que fue desmantelado para usar en otros proyectos y no existía. Sin embargo, fue localizado y desde 2015 forma parte de la colección del Museo del Automóvil de Volo (Illinois, EEUU).