Ferrari da buenas noticias, pero el mercado aprieta ante las previsiones
Pese a que Ferrari ha comunicado un rendimiento muy bueno en lo que va de año, los inversores reaccionan con frialdad ante los augurios fundamentados de que no va a ir todo el año tan bien. Hay nubarrones para el segundo semestre a la vista.
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Publicado: 05/08/2019 20:00
A diferencia de Aston Martin, que se está desangrando desde que entró a cotizar en bolsa, a Ferrari NV no le está yendo nada mal. Los resultados trimestrales -y semestrales- se conocieron la semana pasada, y aunque fueron muy buenos, algunos inversores esperaban un mejor rendimiento.
Entre enero y junio Ferrari ingresó 1.924 millones de euros, un 11% más que en el primer semestre de 2018, tras haber entregado 5.281 coches a sus clientes, es decir, un 15% más. En el segundo trimestre fueron 2.671 unidades, de los cuales 289 fueron a China, lo cual es un aumento del 63%.
El beneficio semestral ha aumentado un 18%, es decir, 309 millones de euros. Esta cifra sale de haber vendido coches más caros, lo que se gana con el negocio de la personalización y por las entregas del FXX K Evo, aparte de por la mejora numérica de las matriculaciones.
Las previsiones para el año completo es llegar a una facturación de 3.500 millones de euros o más, así como un EBITDA ajustado entre 1.200 y 1.250 millones de euros. Con aritmética simple se aprecia que la facturación caerá en la segunda mitad del año.
En Ferrari prefieren ser cautos, saben que las matriculaciones no van a ser tan buenas todo el año. Por ejemplo, en China se han matriculado más Ferraris de lo normal porque se avecinan reglas anticontaminación más duras. Además, están las tensiones comerciales y tipos de cambio menos favorables.
Los mercados recibieron con frialdad estas previsiones, por eso el viernes los títulos de Ferrari cayeron en Milán un 4,35%, pese a los buenos resultados presentados, y al anuncio de que habrá dos nuevos Ferrari este año. No sabemos qué modelos son, pero nos imaginamos que uno de ellos será el Ferrari 812 Superfast descapotable o Aperta.
Resulta cuanto menos preligroso que los accionistas sean tan exigentes con lo que esperan de compañías como Ferrari, que fabrican pocos coches cada año. El castigo ha sido contundente con Aston Martin, que empieza a ver peligrar sus cuentas. Una marca hermana, Maserati, también ha presentado pérdidas.
Y es que se avecinan tiempos difíciles. El mundo del automóvil es muy sensible a todo tipo de problemas geopolíticos o económicos. El pulso que está echando Donald Trump a europeos y chinos tiene sus consecuencias, por no hablar de la amenaza -cada vez más firme- de un "Brexit" sin acuerdo con la UE y las oscilaciones de las divisas internacionales.
Ferrari desde luego tiene el terreno despejado. En el mercado chino, uno de los que más tirón tiene, la llegada de modelos híbridos y el crossover Purosangue (2022) garantiza el medio plazo. Es más, Ferrari se debate entre aumentar la producción o mantener un nivel de exclusividad, ya que se venden como "obras de arte con ruedas".
Pero ni Ferrari es inmune a que las decisiones de unos pocos políticos puedan poner el mundo patas arriba y el dinero empiece a huir incluso de valores muy sólidos. Aston Martin aspiraba a superar a Ferrari y eso cada vez está más lejos. Hasta que no llegue el SUV DBX es lo que hay, ahora mismo está en fase de preproducción.
Las marcas de gran lujo y de deportivos han visto cómo sus cuentas han cambiado radicalmente desde que entraron los SUV o los crossover en su catálogo, dado que los gustos están cambiando y en países emergentes como China prefieren vehículos que no pinchen las ruedas a la mínima que abandonen buenas carreteras o tengan más altura libre.
Incluso Tesla ha notado el nivel de exigencia de los inversores con lo que hacen o dejan de hacer, pero con una volatilidad mucho mayor que la de Ferrari
Ahora mismo la marca del cavallino cotiza en torno a los 140 euros, el valor máximo de las últimas 52 semanas (año completo) ha sido de 152,60 euros. En enero llegó a caer hasta casi 80 euros, pero sigue sin estar mal, la salida a bolsa fue por la mitad de esa cantidad.