La rocambolesca historia del Ferrari F40 del hijo de Sadam Hussein
De los poco más de 1.100 ejemplares que fueron fabricados del Ferrari F40 hay uno que destaca por méritos propios, el perteneciente al hijo de Sadam Hussein, que protagonizó numerosas e icónicas fotografías mientras estuvo abandonado en el desierto. Esta es la increíble historia de las distintas búsquedas que llevaron al descubrimiento del Ferrari F40 de Uday Hussein.
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Publicado: 09/05/2020 14:00
Una de las imágenes más célebres y recurrentes que suelen aparecer cuando buscamos material fotográfico relacionado con barn finds y vehículos abandonados en la red es la de un Ferrari F40 apartado y olvidado en una zona desértica completamente cubierto de arena. Una imagen desgarradora, sobre todo porque, al menos a simple vista, el vehículo se ve entero. Sin daños visibles que puedan justificar su estado de abandono.
Aunque muchos se habrán tropezado con alguna imagen de este modelo en Google o en reportajes relacionados con deportivos abandonados, lo cierto es que pocos conocen el origen de esa unidad del deportivo italiano, pues fue propiedad de nada menos que la familia de Sadam Husein. Concretamente de su hijo primogénito, Uday Hussein.
De Uday Hussein, hijo mayor del dictador, se dice que llegó a acumular una flota de más de 1.000 coches. Y no hablamos de una flota de turismos convencionales, sino de un millar de vehículos exóticos, incluyendo superdeportivos, modelos de lujo y clásicos. En teoría, cuando Irak fue invadido por el ejército estadounidense durante la Segunda Guerra del Golfo, el hijo del dictador dió la orden de quemar todos los coches. De los que solo unos pocos lograron sobrevivir hasta nuestros días, convirtiéndose a la postre en iconos para los aficionados a los barn finds y entre los que destaca sobremanera el Ferrari F40 que protagoniza estas imágenes.
Búsqueda
En las últimas semanas, varias personalidades de YouTube han publicitado y apoyado la iniciativa de un aficionado británico que trataba de localizar este ejemplar perdido en Irak. Una historia de lo más curiosa que, si bien tuvo pronto un final feliz, este terminó siendo muy distinto y mucho más rocambolesco de lo que esperábamos. Pues incluso tras su abandono en la calle, el vehículo ha sido protagonista de una curiosa historia que incluye anteriores búsquedas con el fin de rescatarlo y traerlo de vuelta a Occidente.
El aficionado que provocó el descubrimiento público del modelo es un coleccionista británico bien conocido por los medios, pues además de ser el autor de un conocido canal de YouTube, Ratarossa, fue entrevistado hace unos años por distintos medios británicos precisamente por su peculiar colección. De nombre Scott Chivers, este aficionado es conocido por restaurar y coleccionar ejemplares abandonados o en mal estado de la firma de Maranello. Una de sus señas de identidad más características es que en algunos casos suele respetar el acabado exterior de los modelos, por lo que algunos de sus ejemplares cuentan con graves defectos de pintura. Es especialmente conocida su unidad del Ferrari Testarossa transformada a descapotable que cuenta con un extraño acabado sin pintar, estilo Rat-Rod.
Este aficionado publicó un vídeo hace varias semanas tratando de buscar ayuda para descubrir el paradero del Ferrari F40 abandonado en Irak, que tantas imágenes había protagonizado cubierto de arena. La respuesta a este vídeo fue mayor de lo esperado, pues no solo recibió información de muchos aficionados sino que también contó con el apoyo de otros youtubers. Como es el caso de Alejandro Salomon, que llegó incluso a ofrecer una recompensa de 1.000 $ para aquel que tuviera información que permitiera descubrir el paradero del vehículo.
Sin embargo, la búsqueda duró mucho menos de lo esperado, pues aunque la localización del vehículo y su historia no eran del dominio público, lo cierto es que ya había sido descubierto unos años antes. Solo que hasta ahora no había trascendido su peculiar historia.
Descubrimiento
El vehículo fue descubierto por un ciudadano sueco de origen iraquí, que habiendo visto las imágenes del modelo abandonado a la intemperie y cubierto de arena, logró reconocer la zona en la que habían sido tomadas las fotografías y que precisamente era donde había nacido y crecido su padre, la localidad de Erbil, en el Irak kurdistaní. Por lo que durante un viaje a Irak decidieron ir a las localizaciones donde había sido fotografiado el modelo, aunque no lo encontraron donde esperaban.
Localizaron el sitio donde había estado aparcado años antes y preguntando en los comercios cercanos lograron encontrar a alguien que conocía al dueño actual del modelo. Después de varios intentos lograron ponerse en contacto con esta persona y concretaron una cita, aunque esta no fue una reunión convencional.
En principio quedaron en un café, pero pasaban las horas y no aparecía nadie, hasta que cerca de 3 horas después llegaron dos Toyota Land Cruiser con 6 individuos armados con AK-47 que les llevaron hasta una vivienda cercana. Ahí encontraron varios vehículos y un individuo que describen como una suerte de Al Capone con chándal, pero no el F40, pues el deportivo italiano se encontraba en otras dependencias. Una vez allí pudieron inspeccionar y fotografiar el modelo, que aún se encontraba totalmente cubierto de arena y a falta de numerosas piezas tanto en el vano motor como en el habitáculo. Estas son precisamente las imágenes de la galería superior, tomadas en ese garaje.
En ese momento hicieron una oferta por el vehículo, 300.000 $, con las intenciones de llevarlo de vuelta a Europa y restaurarlo, sin embargo, la enorme cantidad de trámites burocráticos necesarios para la importación unido a la falta de documentación del vehículo y al propio coste de la restauración convertían esta iniciativa en algo totalmente inviable económicamente hablando. Durante estas gestiones llegaron incluso a contar con algunas personas célebres, como parte del personal del taller Gas Monkey Garage, escenario del programa Fast N’ Loud. Pero finalmente el rescate no pudo ser llevado a cabo por ser una tarea muy compleja y excesivamente cara.
Sin embargo, su anónimo dueño sí que llegó a restaurar el vehículo, aunque no sin padecer numerosos problemas. Pues inicialmente lo envió a un especialista en Turquía, quién se negó a devolverlo cuando descubrió a quién pertenecía el coche originalmente. Por lo que el propietario se vio obligado a tener que ir a Turquía a recuperar el vehículo a la fuerza, trayéndolo de vuelta a Irak con aún menos piezas de las que tenía inicialmente. Años después logró encontrar una especialista europeo que viajó hasta Irak y lo restauró in situ, o al menos en gran parte.
Como podemos ver en esta nueva serie de imágenes, el modelo no solo está limpio y ya prácticamente completo, sino que además se encuentra en orden de marcha. Su propietario ahora sigue teniendo intenciones de venderlo, pero por un precio muy superior, 1.15 millones de dólares. Un precio bastante contenido si tenemos en cuenta el historial y la fama de este ejemplar, pero bastante caro si consideramos que importarlo a cualquier país occidental es una pesadilla burocrática.