Así son las pruebas de los Ferrari Roma y SF90 Stradale antes de llegar a los clientes, con absoluta normalidad en la puerta de Maranello

Un no parar. Así es estar unos minutos a las puertas de la fábrica de Ferrari en Maranello, los prototipos entran y salen continuamente, al igual que las unidades que ya han sido fabricadas y están superando sus últimos ensayos antes de partir en el transporte hacia sus propietarios, como puedes ver en estas fotos espía de los Roma y SF90 Stradale.

Así son las pruebas de los Ferrari Roma y SF90 Stradale antes de llegar a los clientes, con absoluta normalidad en la puerta de Maranello
Unidades de los Ferrari SF90 y Roma realizan sus últimas pruebas antes de enviarse a los clientes - Motor.es

4 min. lectura

Publicado: 12/09/2023 06:00

La gran mayoría de las marcas de coches cuentan con cabinas especiales donde entran las unidades que salen de las líneas de montaje para ser sometidas a unas últimas pruebas. Lo mismo que pasan por unas tormentas monzónicas con potentes lluvias para comprobar que el nivel de estanqueidad interior es perfecto y no se cuela ni una sola gota de agua, también pasan por una estación equipada con bancos de rodillos dinamométricos donde ponen a prueba sus motores.

Si estos ensayos son superados pasan a una campa donde cogerán transporte en los días siguientes, de lo contrario volverán a los talleres para solventar los problemas. Pero en Ferrari ya sabemos que son mucho más exquisitos que eso. El alto precio de sus modelos no permite que exista un fallo, por lo que cuando salen de las cadenas de montaje, lo hacen también de las instalaciones de Maranello para realizar una prueba en una ruta específica que asegure su perfecto funcionamiento. Así, puedes ver diversas unidades del Roma y del SF90 Stradale en estas fotos espía .

Ferrari Roma
Un Ferrari Roma vuelve a las instalaciones de la marca tras unas pruebas en el exterior

Ferrari pone a prueba sus modelos en la calle antes de enviarlos a clientes

Permanecer unos minutos a las puertas de la factoría es un sueño, y mientras que en otros lugares fabriles la espera puede ser eterna, al avisar los vigilantes de miradas indiscretas en el exterior, en la marca del Cavallino Rampante es todo lo contrario. Es un ir y venir continuo de unidades de pruebas y de prototipos camuflados, en el que ninguno de los presentes, especialmente trabajadores, se dan por aludidos de la «máquina» que ven pasar por delante de sus ojos.

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Tanto el Ferrari Roma como el SF90 Stradale se pasean con naturalidad por las calles públicas aledañas, antes de pasar la prueba clave en la que se pulverizan todas las prestaciones en el circuito de Fiorano, que se encuentra anexo al complejo de Ferrari, y con entradas desde el interior. Un recinto blindado por tierra y aire -la gran mayoría de circuitos cuentan con un nivel de protección especial que impide el vuelo de aeronaves ligeras sobre ellos, llámese helicópteros, avionetas o los más modernos drones- que hace imposible lograr una instantánea de uno de los modelos en el trazado.

Música para los oídos con los Ferrari Roma y SF90 Stradale

El Roma es el modelo más «básico» de la marca italiana, uno de los primeros que transformó la imagen con un diseño más moderno, pero uno de los que, como el Purosangue, no ha sucumbido a la electrificación. Con casi cuatro años a cuestas, monta un motor V8 biturbo de 3.6 litros con 620 CV. El SF90 Stradale es todo lo contrario, una máquina con un enfoque más centrado en los circuitos, un híbrido equipado con hasta tres motores eléctricos y más de 1.000 CV de potencia. Oirlos rugir, al mismo tiempo que soñar, no tiene precio más que el de trasladarte hasta las puertas de la gran factoría de la firma de Enzo Ferrari.

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