Cuando tener un Ferrari se convierte en una pesadilla, el 575 Superamerica atrapado 17 años en un limbo
Casi dos décadas esperando una respuesta de Ferrari que no ha llegado, y que ha terminado en una demanda judicial por parte del propietario de uno de los modelos más exclusivos del Cavallino Rampante. Un Ferrari 575 Superamerica es el protagonista de un litigio que está ocasionando graves problemas a su dueño.
Fue una de las creaciones más espectaculares en la primera década de este nuevo siglo. Los de Maranello sorprendían al mundo, y a sus más adinerados clientes, con un modelo tan especial que hacía del descapotable y de la Berlinetta una creación verdaderamente única que, con el tiempo, se ha convertido en una auténtica joya. Así era, y es, el Ferrari 575 Superamerica.
El superdeportivo italiano de principios del año 2000 que, ahora dos décadas y media después, tiene al Ferrari 12Cilindri como heredero. Sin embargo, éste no puede presumir de una característica tan única como la del antiguo modelo, la de ser el primer modelo de producción en el mundo equipado con un techo de cristal electro-cromático y del que solamente se fabricaron 559 ejemplares.
Las manías de Ferrari hacen a un Superamerica un coche invendible
Pero, dejando a un lado esta breve historia del 575 Superamerica, ya sabes que Ferrari es muy especial para todo, tanto para elegir a los clientes como para permitir una venta a terceros, y este es uno de los grandes problemas de un millonario holandés que lleva 17 años esperando que Ferrari cambie el estado de su coche en sus sistemas informáticos.
Este 575 Superamerica, que está valorado en 420.000 euros y que no es el único Ferrari de su propietario, fue adquirido en un concesionario holandés en 2007 que, por aquel entonces no era un «taller oficial de carrocería» autorizado por Ferrari, título con el que se hizo en 2023. Los problemas empezaron al negar los italianos que el coche fuese reparado, a pesar de que el concesionario decía haberse «realizado bajo el estándar de calidad de Ferrari».
Los intentos de venta han sido en vano, con clientes de Singapur y China que se han retirado de las negociaciones al obtener un informe sobre el vehículo y conocer su estado actual. Porque, para Ferrari, este coche no ha sido reparado nunca, y tampoco se ha comunicado al cliente.
45.500 euros separan un acuerdo de un juicio
«No se trata de dinero», dice el propietario, añadiendo que «Es cómo una empresa, en la que he comprado y realizado el mantenimiento de coches por valor de decenas de millones de euros durante más de veinte años, trata con un cliente».
Está claro que el concesionario no fue honesto, debería de haber informado al cliente y buscar un servicio autorizado, pero claramente eso suponía perder una abultada factura, defendiéndose diciendo que «pidió las piezas a la marca a través de los canales oficiales y que la reparación también se llevó a cabo al más alto nivel». Pero nunca comunicó oficialmente a Maranello que el vehículo había sido reparado, lo que demostraría que el Superamerica cumplía con todos los requisitos.
Ahora, el concesionario ha sido obligado por un juez a alcanzar un acuerdo con el cliente, supuestamente eran amigos. El togado ha podido saber que el 575 Superamerica ha sido tasado en 374.500 euros -la valoración inicial era de 420.000 euros- por lo que la diferencia es poco o mucho según de quién sean los ojos; para el dueño es mucha, por lo que si no lo resuelven los implicados en seis semanas se tomará una decisión.